En medio de muertes y secuestros piden paz para seguir trabajando

Dos secuestrados fueron arrancados de sus hogares, tres de ellos trabajaban en las chacras o volvían de ellas; uno fue de cacería con sus amigos y ya no volvió mientras que otro simplemente trabajaba al lado de su patrón. En el norte no hay seguridad para la vida dentro del hogar ni certezas de regresar cada vez que salen a trabajar. Varios de los obligados a guardar silencio hablaron con nuestro diario el lunes último y denunciaron graves inacciones.

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“¡El NORTE también existe! ¿Por qué son tan indiferentes con el NORTE? Amamos el trabajo. Solo nos falta la PAZ”. Son las tres pancartas de tela frente a la iglesia de Santa Rosa de Aguaray desde donde hoy saldrá la Marcha por la Paz, a las 18:00. Caminarán casi un kilómetro al atardecer, con sus remeras y velas blancas pidiendo paz... al amparo de la oscuridad. Para muchos no hay diferencia con la misma oscuridad que los sobrecoge desde hace muchos gobiernos.

La nota con la cual arrodillaron a los colonos para liberar a Blatz y a Hiebert es demoledora: El EPP tiene controlado hasta el último movimiento de las colonias, los tiene arrodillados. Lo refleja la nota con las exigencias para entregar el dinero del rescate que puede verse en la página anterior. 

El lunes que pasó un equipo de nuestro diario estuvo en la zona recorriendo los lugares donde se consumaron varios de los peores casos de secuestros... y muerte. El maizal de la colonia Santa Clara que Abraham Fehr recorrió vivo por última vez la mañana del 8 de agosto del 2015 con sus dos hijos... A metros de allí, en la misma plantación, el lugar donde el padre de Arlan Fick pagó su rescate. 

Abraham Fehr fue a retirar su maíz. Arlan Fick estaba en su cuarto jugando un juego nuevo cuando lo arrancaron de su hogar. Franz Wiebe acompañaba a su patrón en el campo. Bernhard Blatz volvía a su casa arrastrando una maquinaria. Franz Hiebert había ido a retirar un rastrón para trabajar su chacra. Edelio Morínigo fue de cacería con sus amigos. Don Félix Urbieta estaba en su casa con su familia.

El horror tiene distintos nombres y rostros; cada secuestrado fue arrancado de la seguridad del trabajo, de sus hogares, de su cotidianeidad. “Si te ponés a mirar verás que todo ha ocurrido de un lado y del otro del río Ypané, no es muy grande la zona, pero a veces debemos contribuir porque ni los helicópteros tienen combustible”, aseguran. Viven con miedo, del EPP y de la FTC, “nos toca estar en el medio de un sándwich”, dicen con infinito temor. 

Nos despidieron contando lo que dijo uno de los secuestrados que hoy encabezará la marcha: “Eran tan largos los días que no puedo imaginarme cómo estarán don Félix (Urbieta) y Edelio. Vamos a estar donde debemos estar”.

“No tenemos problemas en trabajar desde las 2:00 de la mañana, en ayudar nosotros con los caminos, los indígenas, la salud o las escuelas, pero necesitamos la paz y no este miedo que sentimos. Uno de los secuestrados abandonó el país, ya nada quiere saber de regresar”.

“Nuestros días eran tan largos que no puedo imaginar siquiera lo que estarán sintiendo Edelio Morínigo y don Félix Urbieta. Hay que estar”, dice uno de los exsecuestrados que hoy encabezará la Marcha de la Paz. Intendente de Santa Rosa habla de 300 familias que migraron.

Algunos de los entrevistados dicen que están en el medio de un sándwich. De un lado los aprietes del EPP y del otro los de la FTC. El día que secuestraron a Bernhard Blatz, las fuerzas de seguridad tardaron casi dos horas en llegar al lugar del secuestro, denunciaron.

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