En la masonería, los militares rompen con el esquema formal de organización

En la masonería, toda la estructura formal de la milicia (al igual que los demás poderes), su verticalidad, su sistema de obediencia, queda reducida a otra estructura más férrea aún y de criterios más secretos. Es así que un jefe de las fuerzas militares puede tener por coordinador en la masonería a militares de inferior rango, lo que supone la relativización de su poder jerárquico.

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Esto es lo que puede entenderse con el sistema de comunicación establecido en Pitágoras 17, una de las alas masónicas que integra a jefes militares como Miguel A. Candia, actual ministro de Defensa y ex jefe de las Fuerzas MIlitares; José Ramón Ocampos Alfaro, con idéntico expediente, y el actual comandante de las Fuerzas Militares, Expedito Garrigoza. En Pitágoras 17, si bien parece no corresponder a un orden jerárquico, el centro de poder o la primera fuente de información y flujo de información concentra el general de aviación Luis B. Ocampo, comandante de la Brigada Logística de la Fuerza Aérea. Es un sistema de comunicación cerrado, de abajo y costados, que mantiene la discreción de lo tratado. Este sistema, se supone, es para comunicar algo importante, cuyo contenido no debiera pasar las fronteras de la logia.

Pitágoras 17, una de las alas masónicas, integra a todos los últimos ex comandantes de las Fuerzas Militares, el rango más alto al que puede llegar un militar dentro de la estructura castrense. Y dos de ellos, Ocampos Alfaro y Candia, una vez pasados a retiro, fueron nombrados ministros de Defensa, situación que instala la sospecha -o evidencia- acerca del peso que tienen los masones en la esfera militar. Pitágoras 17 igualmente se constituye con el coronel Jorge Setrini, ayudante militar de González Macchi en el Comando en Jefe, un señor asociado con fuerte tráfico de influencia y posibles fraudes en la facturación mau a través de la empresa Preciosa, una de las tantas distribuidoras que aparecen en la crónica de irregular administración de la Intendencia del Ejército, de donde se alzaron, en dos años, con más de 80 mil millones de guaraníes. Esta ala también integra el vicealmirante retirado Antonio Caballero Patiño, ex director del Servicio Nacional de Información, desmantelado en el momento de la aparición con vida de los dirigentes de izquierda Juan Arrom y Anuncio Martí. Otro integrante es el retirado general Evaristo González, ex edecán de Juan Carlos Wasmosy y jefe del Ejército, y el actual jefe del II Cuerpo de Ejército, Victorino González.

OBLIGATORIO

El esquema de comunicación expuesto ‘‘es de cumplimiento obligatorio’’, se lee a pie de página. Cada una de las personas deberá realizar dos llamadas en el sentido indicado por las flechas. En ningún caso el ‘‘FTC’’ -así le llaman al método de comunicación- deberá ser interrumpido.

La masonería es una entidad secreta de ayuda entre miembros. Ha pasado por varias etapas y en nuestro país más que un reducto de librepensadores -como en algún momento se lo concibió- más parece un espacio de tráfico de influencia o de control del poder político, militar y judicial. En la milicia parece no ser casualidad el hecho de que todos los comandantes de las fuerzas militares de los últimos tiempos hayan sido masones: Candia, Garrigoza y Ocampos Alfaro y el mismo almirante retirado Carlos López Moreira, que también llegara a ocupar el máximo cargo.
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