En Itaipú tiene que pactarse el arbitraje para los conflictos

José Moreno Rodríguez es un abogado de amplio currículum en el campo del derecho internacional. Acaba de llegar de un foro en Rusia donde asistió como panelista al lado del primer ministro Medvedev y de la chilena Michelle Bachelet. En esta entrevista, Moreno plantea el arbitraje como medio de solución de controversias con Brasil sobre Itaipú. Anuncia que esta semana se reunirán más de 100 expertos en Asunción para debatir sobre esta especialidad cada vez más difundida en el mundo.

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–¿Cuál es su profesión?

–Soy abogado por la Universidad Nacional (UNA), tengo una maestría en la Universidad de Harvard y un doctorado en la UNA.

–¿Cuántos idiomas? 

–Inglés, portugués, me defiendo en francés. Una vez di una conferencia en Toulouse en francés, pero leí (sonríe). Por mi trabajo, a veces hay que usar todas las herramientas de la comunicación. Soy desde hace cinco años miembro de la Corte de Arbitraje de la Cámara de Comercio Internacional (ICC por sus siglas en inglés). Soy árbitro del Centro de Tribunales de Anulación del CIADI Centro Internacional de Arreglos de Diferencias, el único paraguayo nombrado en tres de sus casos. También estoy nombrado ante la Corte de La Haya en un caso. No sé si hubo otro...

–Un vasto currículum...

–Soy también miembro del consejo directivo del Centro de Arbitraje de Paraguay. Tengo varios casos de arbitrajes comerciales y domésticos en los que intervine desde mi profesión de abogado. Estuve también como delegado en la Comisión de Naciones Unidas para el Derecho Mercantil Internacional cuando se elaboraron reformas a la ley de arbitraje en 2006 en Nueva York. Trabajé en la Conferencia de La Haya en lo que hace a los principios en materia de contratos internacionales porque afecta también al arbitraje. En la OEA estoy en el Comité Jurídico Interamericano. Fui relator de la guía de la OEA en materia de contrato internacional. La ley paraguaya de regulación del contrato internacional, que también se relaciona al arbitraje, es muy prestigiosa internacionalmente.

–Un paraguayo trotamundos detrás del derecho internacional.

–Y bueno, se viaja mucho. Estoy viniendo ahora de una conferencia en Rusia, en San Petersburgo. Asistí a un evento donde estuvieron unos cinco mil profesionales del derecho (el Foro Jurídico Internacional). En el panel central estuve con el primer ministro de Rusia (Dmitri) Medvédev, la expresidenta de Chile Michele Bachelet, entre otros. Fue algo impresionante el despliegue de cámaras y de pantallas que le ponen a uno la cara enorme para que nadie se pierda detalle.

–¿Cuál fue el tema? 

–Fue un evento importante para el arbitraje. Es algo que hicimos una vez en Asunción en 2009 y lo vamos a volver a hacer, 10 años después, esta misma semana en el Centro de Convenciones La Galería. Vamos a encontrarnos con los más eminentes expertos en arbitraje internacional en el marco de la Conferencia Latinoamericana de Arbitraje (CLA). Esta conferencia logró aglutinar a los principales árbitros del mundo.

–¿Para qué se usa generalmente el arbitraje? 

–Normalmente, en el mundo las contiendas de derecho comercial se resuelven a través de arbitrajes. Son tribunales privados de tres miembros. No son magistrados ni funcionarios. Son designados por las partes o por instituciones arbitrales, la principal y más conocida es la Cámara Internacional de Comercio (ICC) con sede en París. Lo que hace ese tribunal es fallar ante un pleito y poner fin a las controversias. El caso Eurotunel (el túnel bajo el Canal de la Mancha entre Francia e Inglaterra) fue un arbitraje muy conocido. En materia de energía hay bastante experiencia; en materia societaria también, en materia de contratos de compraventa. Es mucho más fácil ejecutar un laudo arbitral que una sentencia judicial.

–Paraguay, ¿qué experiencia tiene?

–Acuérdese que Paraguay tiene un caso emblemático. Le debe la mitad de su territorio del Chaco a un arbitraje: el laudo Hayes. Las partes (Paraguay y Argentina) se pusieron de acuerdo a que sea el Presidente de Estados Unidos Rutherford Hayes (1877-1881) el que decidiera (en 1878) quien se quedaba con ese territorio del Chaco (entre los ríos Paraguay, Pilcomayo y el Río Verde).

–Hayes adjudicó al Paraguay.

–Sí, la totalidad del área arbitrada. Su fallo fue inapelable, aceptado por Argentina. En la actualidad, nuestro país está sometido a un arbitraje internacional regido por las reglas de la ICC en el caso del litigio entre Petropar y Pdvsa-Venezuela, por el caso de la deuda por el petróleo venezolano por unos 300 millones de dólares. Hubo una demanda del ciudadano peruano Eudoro Armando Olguin, quien reclamaba una indemnización al Estado paraguayo por la quiebra del Banco Mercantil, en el cual tenía un depósito con altos intereses, la cual fue rechazada por el Ciadi (Centro Internacional de Arreglo de Diferencias Relativas a Inversiones). Hubo otro caso, el de la empresa suiza SGS y la francesa Bivac Veritas. Las dos firmas demandaron al Paraguay ante el Ciadi y ganaron el juicio. Se llegó a un arreglo mediante el arbitraje para que se reduzca la demanda de 120 millones a 62 millones de dólares.

–¿Se cumplen los fallos? 

–Normalmente se cumple lo que se ha decidido. La convención de Nueva York obliga a los países a ejecutar y finiquitar de una manera muy rápida los laudos arbitrales. En el Paraguay, el único centro de arbitraje organizado es el que depende de la Cámara Nacional de Comercio y Servicios. Funciona desde hace varios años y tiene varios casos en curso. Muchos casos en el mundo de construcción son resueltos por arbitraje. Por ejemplo, ese proyecto APP (alianza público-privada) de las rutas 2 y 7, en el contrato figura que un diferendo tiene que ser sometido a arbitraje.

–Y el metrobús? 

–El metrobús se hizo a través del mecanismo APP también. El arbitraje tiene lugar en el sitio elegido por las partes. Las partes están pactando muchísimo arbitraje hoy día en nuestro país. Todos los estudios jurídicos están al tanto de las cláusulas arbitrales. Por eso es también importante que los empresarios se compenetren más con esto. Ya tuvimos incluso una charla en la Unión Industrial Paraguaya. De hecho, es común pactar un arbitraje en emprendimientos industriales.

La represa Yacyretá, por ejemplo, está sujeta a arbitraje. La experiencia debería importar a negociadores de Itaipú, hoy que tanto se habla de las futuras negociaciones en el 2023. 

–Algunos expertos dicen: “Vamos a La Haya porque Brasil nos va a avasallar”. Los uruguayos enfrentaron a Argentina en La Haya y ganaron por el tema de las papeleras. ¿Cómo lo ve usted?

–Lo que pasa es que para ir a La Haya usted tiene que tener pactado el mecanismo de solución de controversias. Yo, a lo que me refiero es que puede ser muy interesante para el país, y puede ser un logro importante tener un pacto para la solución de conflictos, un arbitraje. Es lo apropiado.

–¿Hay otra opción? 

–Otra opción puede ser tener pactado el mecanismo de la Corte de La Haya. En La Haya también funciona la Corte Permanente de Arbitraje de La Haya. Y la Corte Permanente tiene a su cargo muchos casos muy complejos, de mucha monta, que han sido sometidos también a ese mecanismo, y es también un mecanismo muy prestigioso. En la Conferencia de esta semana estará uno de los secretarios de la Corte Permanente de La Haya.

–El Gobierno debe plantear ya ese mecanismo a Brasil?

–No digo que sea el único mecanismo que se pueda considerar pero nuestros negociadores para que estén bien preparados deberían entender muy bien cómo funciona el arbitraje, la dinámica del arbitraje y cuáles son las implicancias de pactar arbitraje, porque tiene ventajas y desventajas según el contexto en que se plantee. Considero que no solo gente del Gobierno debería estar interesada en Itaipú sino también del sector privado. Son temas complejos con dinámicas complejas y hay que entenderlas. 

–Lo que escuchamos por las redes es que Brasil pone a los mejores expertos y Paraguay seccionaleros.

–Yo lo que sé es que Paraguay tiene mucha gente preparada y también gente curtida profesionalmente. Todo depende de la estrategia de negociación que se siga. Estrategias hay muchas, caminos hay muchos. Depende de la imaginación y el talento. Lo que yo sí sugeriría es, insisto, que se plantee para el futuro un mecanismo de solución de controversias y el arbitraje como opción. El fallo de un arbitraje tiene fuerza de ley. Se le da ejecutividad a lo que se decide. Nuevamente, si el caso no es doméstico, si es internacional, es mucho más fácil normalmente ejecutar un laudo arbitral que judicial. Termina siendo mucho más efectivo que la ejecución de una sentencia judicial. Finalmente representa un ahorro. Todas las instancias que recorre un litigio judicial termina siendo más costoso.

holazar@abc.com.py

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