Cargando...
Los participantes de esta peregrinación son pobladores de Yaguarón, Paraguarí e Itá. Para ellos llegar junto a la Virgen es una travesía que lleva varios días de preparación en sus valles, y cada 3 de diciembre, luego de cortarse los forrajes y cocinar la gallina al horno, la chipa, comienzan a dirigirse rumbo a la villa serrana.
Los peregrinos partieron el miércoles a las 17:00 desde sus respectivas comunidades. A la noche llegaron a Pirayú, donde pernoctaron, y en las primeras horas de ayer se adentraron en el departamento de Cordillera, que consideran el tramo más difícil por las serranías que se deben superar para llegar a la meta.
Entre ellos hay personas que esperan todo el año este momento para llegar junto a la Virgen. Este es el caso de la señora Edita Saldívar Riquelme (73), que según comentó hace 66 años participa de esta peregrinación. Ella nos dijo que su cumpleaños es el 7 de diciembre y orgullosa comenta que celebró sus 15 en la caravana. “Vengo todos los años porque la Virgen nos regala la salud. Ella es muy milagrosa y no hace faltar fuerza para estar en su presencia”, dijo.
Javier Ortiz estaba al mando de una de las carretas. Él nos comentó que de Yaguarón, Paraguarí e Itá cada año vienen 100 carretas. “Queremos mantener esta tradición porque es la antigua forma de peregrinar”. Su grupo salió de Yaguarón y cuando llegaron ayer a las 10:00 a Caacupé recorrieron 43 kilómetros. “Estaremos junto a la Virgen hasta el 8 y luego retornaremos con su bendición”, expresó.
Finalmente, indicó que el único inconveniente que tienen es que la Policía no les permite salir ese día al término de la misa principal porque priorizan a los buses.
Ante esa situación deben salir de Caacupé hacia sus hogares luego del mediodía con el calor. Los carreteros dicen que este trayecto siempre utilizaron, creen que las autoridades deberían enviar a los buses por otros tramos para no entorpecer esta antigua forma de peregrinar en el “rancho que camina”.
avelazquez@abc.com.py