El mundo contempla cómo llegan los jóvenes al poder

Gisela Rubach, experta en marketing político, es considerada como una de las más influyentes en la política de México donde asesoró más de 300 campañas y 20 gobiernos en su país y la región. La “maestra”, como también la llaman, auscultó en Asunción la temperatura del tiempo electoral. En esta entrevista analiza el perfil de los candidatos y cree que el electorado confía más en la postulación de la gente joven.

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–¿Dicen que es una mujer de poder en México por la influencia que tiene en los políticos.

–Dicen que cuando el río suena algo lleva (sonríe). Pero son leyendas (minimiza). –Asesoró a (el presidente Enrique) Peña Nieto. –Bueno, fui parte de la estrategia de campaña.

–¿Cual es el perfil que eligió?

–El candidato Peña Nieto venía de una gestión muy exitosa como gobernador y con un posicionamiento a nivel nacional de un joven que rompía con el esquema de la imagen que se tenía del político típico del Partido Revolucionario Institucional (PRI, el tradicional de México). Era un joven que tuvo como objetivo y meta durante los 6 años como gobernador de cumplir los compromisos de campaña. Eso y la muy buena estrategia de medios, logró un posicionamiento siempre arriba en las encuestas. Empieza con más de 20 puntos de diferencia con el segundo y termina ganando con 8 de diferencia.

–Para ser presidente, ¿uno debe parecer?

–Siempre. Para ser en política hay que parecer. En la vida...

–¿Cuáles son las virtudes que tiene que tener un candidato?

–Primero obviamente tiene que tener presencia y tener química con el electorado. Tiene que tener claro en su propuesta lo que quiere la ciudadanía, para cada segmento en específico, promesas muy específicas para cada uno de las regiones.

–¿Qué fue determinante para que el candidato atraiga?

–Peña Nieto es una persona físicamente atractiva. Su esposa también jugó un rol importante. Venía con mucha presencia (es actriz de telenovelas) y era foco de atracción en los segmentos de clase media y baja. Era un referente y un ídolo. En la campaña se dio la combinación de los dos elementos en campaña. Aparte, hay que sujetarse a una agenda. Los tiempos electorales cada vez son más corto, ir con cosas, mensajes muy determinados para obtener los votos.

–¿El uso de las redes puede ser determinante?

–No. En América Latina todavía no nos han demostrado que son determinantes en un elección. Facebook dice que hizo presidente a (Mauricio) Macri en Argentina.

–¿Cree que es verdad?

–Macri pudo mover las estructuras de tierra (campaña puerta-puerta, cara a cara) para llevar a la gente a votar y no solo lo que hizo por Facebook. Aparte está la campaña de aire: todo lo que hacemos con las cuñas publicitarias en radio y televisión. Esas tres cosas se combinan en una campaña. Todavía no se gana con “Likes” (“Me gusta”) en Facebook.

–¿Mienten las encuestas, son una referencia?

–El caso Hillary Clinton es muy interesante de analizar. Creo que tuvieron un rol perverso los medios de comunicación. En Estados Unidos, la elección no se define por el voto mayoritario popular. Se define por el colegio electoral. Lo que tenían que haber publicado y aclarado los medios es que eran encuestas nacionales pero ellos tenían que haber publicado encuestas estado por estado que es como se define la elección en Estados Unidos. Al final las encuestas no fallaron. Hillary gana con los 4 millones de votos de diferencia que eran los dos, tres puntos que todas las encuestas le daban. Tú no ganas con el voto popular en Estados Unidos, ganas con el colegio electoral. Los medios de comunicación nunca aclararon a la gente que una cosa era lo que decían las encuestas nacionales y que eso no tenía que ver con lo que iba a pasar en los colegios electorales.

–Pero hay un problema de credibilidad en las encuestas.

–Es un tema que tiene que ver por un lado con la metodología y por el otro lado con la no respuesta y el rechazo a contestar las encuestas. Tienes un marco muestral donde defines quién es la persona y en qué domicilio tienes que ir a encuestar. Si esa persona no te contesta tienes que ir a tres, cuatro domicilios para buscar el perfil de la persona a preguntar. El otro tema es que los jóvenes no te contestan encuestas. Hay que usar las redes sociales para hacer encuestas, hacer grupos focales para saber dónde están los jóvenes y qué quieren; hacer una combinación de encuestas telefónicas justamente para esos segmentos que no contestan muchas veces por miedo o por no saber quién te está tocando la puerta con encuestas. Las encuestas no son pronósticos.

–¿Qué es esa contradicción de elegir candidatos jóvenes y resulta que los jóvenes son los que menos votan?

–No. Creo que estamos viendo en el mundo cómo están llegando al poder los jóvenes. Están llegando con el voto de jóvenes, como el fenómeno Macron en Francia, el mismo Peña Nieto en México.

–¿Qué los impulsa salir a votar?

–Primero, un candidato atractivo; segundo, se inclinan mucho por outsiders que no pertenecen a partidos políticos, candidatos antisistema que tienen una posibilidad de hacer química y enganchar con los jóvenes que por naturaleza son rebeldes. A muchos partidos no les conviene que los jóvenes salgan a votar.

–¿Y las mujeres? ¿Promoverlas es más difícil?

–Es más difícil.

–¿Por qué?

–Porque la ironía de la vida es que no siempre las mujeres votan por mujeres. Normalmente votan más los hombres por una mujer que las mujeres por una mujer. El día que las mujeres se unan en torno a una candidata, ese día nadie las va a parar.

–¿Usted asesoró gobernantes que después se volvieron autoritarios?

–Muchos. Yo he llevado la campaña de 34 candidatos a gobernador. He perdido 5, lo cual quiere decir que he hecho 29 gobernadores y de esos 29 gobernadores varios están en la cárcel porque se volvieron unos corruptos siendo gobernadores. El camino los va haciendo porque una cosa es cómo son como candidatos y otra cosa es qué pasa y cómo se transforman cuando descubren la magnitud del poder, lo que pueden hacer con él y cómo los aliena la adulación. Eso sucede porque el personaje no tiene un bagaje de valores cuando llega el poder a sus manos. El poder que tiene un presidente de la República es un poder infinito a pesar de que tenga como contrapeso al Congreso, al Legislativo y Judicial. El Presidente es el hombre más poderoso del país políticamente hablando y el poder tiene muchas tentaciones.

–¿Usted se arrepiente de haberlos asesorado?

–No, a mí me contratan para ganar una campaña y hay presidentes y gobernadores que me contratan una vez que ganaron la campaña para asesorarlos y curiosamente no tienen problemas.

–Los abogados generalmente preguntan en privado a sus defendidos si son culpables o inocentes.

–Para cuando yo los llevo a una campaña los interrogo, hago toda la investigación independiente y hay cosas que no van conmigo y yo mismo rechazo asesorarlos.

–¿Su opinión sobre Paraguay?

–Sé que están en proceso electoral y que gobiernan los colorados. Sé que los colorados están divididos, pero por el otro lado veo que se quieran unir liberales y demás, la oposición. Los colorados van a depender de cómo salgan de su proceso interno para enfrentar el año que entra las elecciones generales. Habrá que ver también cómo es evaluado por la gente el Presidente que se va y si el candidato que queda es un candidato que representa la continuidad del actual Presidente. Pienso que el gran reto que va a tener que hacer es cómo unir a su voto duro.

–Muchos candidatos son comunicadores. ¿Eso simplifica la posibilidad de llegar al poder?

–Simplifica. Ya tenemos un presidente en Guatemala que fue cómico con mucho tiempo de exposición en la pantalla de televisión y hoy es Presidente. Eso le da una posibilidad de posicionamiento.

holazar@abc.com.py

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