El modelo bolivariano ya usaba Hitler en los años 30

Leopoldo Decamilli, demócrata cristiano de la primera hora, abogado y filósofo, profesor de la Universidad Técnica de Berlín, dictó un par de conferencias sobre su materia a su paso por Asunción. En esta entrevista analiza la crisis europea y compara con el proceso bolivariano, averiado al intentar posarse en nuestro país. “Nuestras sociedades son muy corruptas. Tiene que haber un renacimiento desde abajo, con una fuerza moral extraordinaria”, afirma.

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-Se diría de usted que es uno de los nostálgicos de la democracia cristiana paraguaya, aquella que se creía se iba a potenciar con el fin de la dictadura, pero quedó ahí, casi como un recuerdo.

-Cuando egresé como abogado de la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional de Asunción me fui becado a los 24 años a España. Pasé por Francia y me contrataron para la enseñanza libre y permanente en la Universidad Técnica de Berlín, donde estoy hasta hoy. Yo siempre fui demócrata cristiano, desde el comienzo. Hubo en el Paraguay varios movimientos antes de la fundación del partido (a principios de los sesenta), ya en tiempos de la dictadura de Morínigo. Publicábamos folletos, boletines y demás...

-En Europa también quedaron como recuerdos.

-¿Los demócrata-cristianos? ¡No! Hoy es el partido más fuerte de Alemania. Es el partido de gobierno, de Ángela Merkel, que cogobierna con los liberales. Lo que ellos no han tenido es mayoría suficiente para gobernar solos.

-En Europa tuvo gran importancia en la post Segunda Guerra Mundial.

-Fue fundamental. De Gásperi en Italia, Schuman en Francia, Adenauer en Alemania, fueron los tres que crearon la unidad de Europa. La inspiradora fue la democracia cristiana.

-Pero también los norteamericanos con su Plan Marshall.

-Después de la Guerra, los norteamericanos tuvieron un gran acierto. No cometieron el error tremendo del Tratado de Versalles (el que dio por finalizada la Primera Guerra Mundial, con fuertes impuestos de guerra contra el pueblo alemán que trajo la dictadura hitleriana). Entonces implementaron el Plan Marshall. Es cierto. Los norteamericanos ayudaron a Europa a surgir de vuelta. El capital humano que había ayudó bastante para salir adelante.

-¿Desde cuándo vive en Europa?

-Desde el 50. Cuando recalé en Berlín tenía que hacer la edición de una revista estudiantil internacional. En aquella época existían dos organizaciones estudiantiles, una en la zona comunista y otra en la zona libre. Berlín estaba dividida en cuatro sectores. Yo estaba en el sector francés, inglés y norteamericano. Cerca de mi casa en Berlín está hasta ahora la antigua comandancia del primer gobierno de los Cuatro Sectores de Berlín, hasta que el comandante ruso se retiró y empezó la división y también la tendencia de la Unión Soviética de tratar de apoderarse de los sectores occidentales.

-Hicieron un bloqueo...

-Primero, no permitieron que entrara nada. Los americanos hicieron un puente aéreo para salvar el bloqueo. Fue allá por el 1950 más o menos. Llegaban aviones con alimentos cada cinco minutos. Los soviéticos pensaron que con el hambre iban a forzarlos a abandonar el territorio, pero no pudieron. La segunda forma de aislar a Berlín Occidental fue la construcción del Muro (1961), pero fue también para evitar que la gente de Berlín Oriental se fugue a Berlín Occidental, porque las condiciones de vida en ese sector no eran buenas.

El 17 de julio 1953 los soviéticos aplastaron un gran levantamiento de obreros descontentos en la zona que les pertenecía.

El muro en medio de la ciudad era una cosa espantosa. El muro dividía casas, iglesias, clubes. En el campo estaban las alambradas electrificadas, dispuestas con metralletas automáticas. Quien osaba cruzar era baleado en forma automática. Por si fuera poco estaban los perros caza-hombres.

-¿Usted estaba cerca?

-No estaba lejos de mi casa. Se escuchaban los disparos.

-¿Por qué la crisis golpeó tanto a la Unión Europea?

-Se cometió un error. Incorporó muy pronto a países que no estaban en condiciones de hacerlo. Grecia es uno de ellos. Tiene un problema grandísimo. Vivía por encima de sus posibilidades. Un griego no necesita llegar a los 60 años para jubilarse.

-A España también le dieron mucho dinero.

-La Comunidad Europea le facilitó bastante. Pero los gastos se fueron en obras y cosas sin ninguna importancia, y ahora está sufriendo las consecuencias.

-¿Es la ideología de los gobernantes, que se antepone a los intereses reales de la población?

-No solamente, también hubo gobiernos conservadores. Yo tengo confianza en que Europa va a poder salir de esta situación crítica. Mis dudas van por el plano moral. Hay muchos problemas de diferente naturaleza. No existe un cultivo de valores positivo, se tiende mucho a subordinar la vida al goce individual, al placer, al hedonismo, encontrar todo a mano.

-¿Cómo se refleja eso?

-Sobre todo en la destrucción de la familia, la base de toda sociedad. Se tiende hoy el camino, una alfombra roja al aborto, al divorcio, a la admisión de la unión entre personas del mismo sexo, asimilándolos a la familia.

-De hecho, siempre existió.

-La familia se ha creado naturalmente desde el comienzo de los tiempos para perpetuar la especie. Es el fin fundamental. El aborto está produciendo una disminución acelerada de la sociedad europea. No es solo teoría. En Alemania no hay generaciones nuevas que sustituyan a las viejas. Es un grave problema. ¿Quién va a trabajar mañana si no hay hijos?

-¿Siguen teniendo influencia los partidos marxistas?

-Indirectamente sí, pero ya no existe prácticamente. Lo que sí existen son las uniones marxistas, pero partidos políticos ya no. Si existen son muy débiles. Se presentan con otros nombres. Hay pocos que se atreven. El avance de la Unión Europea hacia el este demuestra que las sociedades orientales han fracasado. Gorbachov fue el que se dio cuenta de que no podían seguir con el engaño. Ellos se estaban hundiendo económicamente cuando se desplomó el Muro.

-Lo notable es Sudamérica, donde varios países retomaron la bandera.

-Yo no veo nada de socialismo en Chávez ni en Maduro. Lo que hay es una demagogia extraordinaria para mantenerse en el poder, explotando la riqueza del pueblo venezolano, que es el petróleo, apoyándose en movimientos corruptos. En todos los países donde está el Alba, la organización no funciona.

-¿Usted no cree posible el éxito de ese movimiento bolivariano que empezó Chávez?

-No. No va a prosperar. Chávez ya no está y Venezuela está en la ruina. Antes de eso hacía regalos para comprar a los gobiernos, gobiernos sumidos en la corrupción. En los programas de Lanata se han ventilado pruebas de la corrupción extrema que imperaba en el gobierno de Kirchner. Su heredera, la esposa, se mantiene con el mismo esquema. Se ofrecen limosnas a los simpatizantes en vez de darles trabajo para que sean dignos. El dinero se acaba y, entonces, cómo van a continuar así. Sacó el dinero que era para los jubilados. Hoy ya no tiene fondos. Mantienen a la gente pobre con un pequeño sueldo a cambio de su voto. Se fomenta así una clientela corrupta.

-¿Y la sanción que aplicaron a Paraguay en el Mercosur?

-El mismo Mercosur es un proyecto de unión económica que no está tomando decisiones económicas, sino más bien de índole política. Lo que hicieron al excluir al Paraguay fue una cosa escandalosa. Fue una decisión política y en contra del derecho. Eso dijo el presidente uruguayo (José) Mujica. Él no puede decir tales cosas. Se desnuda a sí mismo, porque reconoce que separaron al Paraguay para meter a Venezuela por la ventana. Fue eso nada más.

-Es la primera vez que sucede. Vinieron los cancilleres como en patota para revertir una decisión soberana del Congreso.

-El primero que vino fue Maduro, que intentó levantar a las Fuerzas Armadas paraguayas. Es intolerable lo que hizo al querer arremeter contra la soberanía de todo un país en forma inaudita.

-A eso le llaman “Socialismo del Siglo XXI”.

-Es un socialismo sin cara. ¿Cuál es la base de eso?, declaraciones teóricas, no causas concretas, y ahora Venezuela debe afrontar los problemas existenciales de su pueblo. Faltan alimentos. No hay papel higiénico. Tuvieron que importar de Bolivia...

-¿Al Paraguay le conviene seguir con el proceso de integración?

-Dicen que es conveniente. No entiendo mucho de economía, pero yo no sé hasta qué punto se puede justificar. Me gustó la posición asumida por el nuevo Presidente, hay que reconocer que es una posición valiente, de decir que no vamos a entrar mientras no se arreglen las ideas, no se respeten las resoluciones que comprometieron a los gobiernos para echar a andar el Mercosur.

-¿Cuál cree que es el modelo de integración que se adecua a nuestro país?

-Nuestras sociedades son muy corruptas. Tiene que haber un renacimiento desde abajo, con una fuerza moral extraordinaria. Sin eso no se puede. Yo apostaría por personas, grupos o movimientos de base cristiana. No digo que todos sean buenos, pero necesitamos personas formadas, con base cristiana, sólidas para hacer respetar la Constitución, respetar la familia. Me gusta el modelo chileno, con una economía bastante sólida. Me gusta México. Está en una muy buena posición. Está el ejemplo de Costa Rica. Tenemos que cultivar la libertad y mirar bien y copiar la recuperación de Europa después de la Segunda Guerra Mundial (1939-1945).

-¿Para usted huele mal eso de combatir la pobreza con sueldos para los pobres?

-Eso ya hacía Hitler en los años 30. Todos los gobiernos totalitarios hacían lo mismo que hacen hoy estos gobiernos de Venezuela, Argentina, Ecuador, Bolivia... Se hace regalos a la gente. Se difunde oficialmente la mendicidad.

-Se legaliza.

-Sí. Se hace de manera legal. Se crea una clientela a la que se le lleva en autobuses a las manifestaciones oficiales, se promueve el odio y se persigue a los que no están con el gobierno, como vemos que pasa en la Argentina. En fin, se gobierna en forma dictatorial con una fachada de democracia. Vaya si no lo conocemos bien los paraguayos.

holazar@abc.com.py

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