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CAPITÁN BADO (Cándido Figueredo Ruiz, enviado especial). Además de Pedro Juan Caballero, donde el local del destacamento militar cae a pedazos, la situación del destacamento militar en la ciudad de Capitán Bado no es nada mejor.
En esta ciudad, fronteriza con la brasileña de Coronel Sapucaia, conocida a nivel mundial por poseer en su zona las mayores plantaciones de marihuana, está asentada la 4ª División de Infantería “Capitán José Matías Bado”, un destacamento con apenas seis personales militares comandados por un mayor de apellido Fretes.
El local está en una situación lamentable, prácticamente cayéndose, es tanto el peligro que los personales que tuvieron que apuntalar con una madera a fin de que el techo no se desplome.
Según un sargento en servicio en una de las unidades, todos los destacamentos están abandonados a su suerte, “no recibimos víveres de la capital, tampoco otro tipo de ayuda”, el mismo dijo que no poseen ni siquiera suficientes armas y municiones, menos vehículos, “tenemos que mendigar carne en estancias o a algún delincuente para sobrevivir”. En vez de que las FF.AA. ampare la zona, sus soldados son socorridos por delincuentes.
La situación de los destacamentos militares de ciudades fronterizas en el Amambay deja al descubierto la transgresión de la misión real de las FF.AA., cual es la de custodiar el territorio con efectiva presencia principalmente en fronteras.
Para modernizar la infraestructura militar, el presidente Horacio Cartes le firmó un decreto al jefe de FF.MM., Luis Gonzaga Garcete.
Le dio canilla libre para contratar grandes obras con el plan de mejorar la cobertura en zonas aisladas, pero este se dedicó primero a refaccionar privadas, cambiar alfombras, arreglar oficinas en capital.