Habla del orgullo de ser maká y del desafío de preservar la identidad étnica en medio de cambios acelerados en la forma de vida tradicional.
Tiene claro que el pueblo Maká debe acompañar este proceso, sin dejar de lado la tradición y la cultura de la etnia.
“Quieren despojarnos de una tierra que es fundamental para el futuro de nuestros jóvenes –dijo don Andrés– por eso nuestra lucha, para no perder un patrimonio que nos entregó el Estado”.
El cacique conoce el valor de la tierra que poseen y la ubicación estratégica en el río Paraguay, aguas abajo de puente Remanso.
“La ribera del río Paraguay es importante para las maniobras de las embarcaciones que traen granos y minerales”, expresó.
Agregó que “nosotros queremos brindar un servicio y recibir una paga por esa función. Ese dinero nos permitirá mejorar nuestras condiciones de vida y tener una opción de trabajo para nuestros jóvenes”.
Lamentó la discriminación de la sociedad paraguaya: “Sabemos que dicen que por ser maká no podemos hacerlo ¿y por qué? Somos igual que cualquiera y tenemos derecho a dedicarnos a esta actividad. Es tierra del nuestro pueblo y quieren quitarnos, no solo la tierra, sino la oportunidad para vivir en mejores condiciones”, dijo finalmente.