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Los socios del Cetrapam sostienen que las líneas “mau” o no permisionarias de la Secretaría de Transporte del Área Metropolitana generan suficiente lucro como para seguir usurpando itinerarios gracias a la evasión de impuestos nacionales (Ministerio de Hacienda), el salario mínimo para choferes (G. 1.658.232), el pago del canon mensual a la Setama, etc.
Las empresas morosas del Banco Nacional de Fomento que cobraban el subsidio de acuerdo al Decreto 6630/11 fueron excluidas (según Decreto 10765/13). Las mismas son: Ykua Satî, Línea 3; Ciudad de Guarambaré, Línea 32; Automotores Guaraní, Línea 15; Curupayty, Línea 12; y Primero de Diciembre, Línea 41.
Aguantan los gastos
César Ruiz Díaz, presidente del Cetrapam, y otros empresarios del gremio dicen que las líneas “mau” tienen posibilidades de seguir subsistiendo gracias a la evasión. Sin embargo, esto contrasta con la situación de líneas permisionarias, como las morosas del BNF.
El presidente de la Línea 12, Julián Doncel, confirmó que no cobran más el subsidio, por lo que la empresa está “aguantando” los gastos para cumplir con los pasajeros.
El programa cuesta al Estado G. 397 por boleto, que por ómnibus/mes equivale a G. 4.930.740. Federico Franco estableció por Decreto 10765/13 que los buses deben estar a nombre las líneas para que estas puedan recibir subsidio.
La mayoría de los pasajeros sospecha que el subsidio a las líneas es una forma de apoyar a las empresas ineficientes, por lo que esperan que el presidente electo, Horacio Cartes, elimine la ayuda estatal y así evitar futuros paros por incumplimiento gubernamental.
El presidente del Cetrapam reiteró el martes pasado, en la reunión de prensa luego de la tripartita realizada en el Viceministerio del Trabajo, que el subsidio no es un regalo o ayuda a las empresas, sino un aporte del Estado para evitar que la tarifa sea de G. 2.500 y no de G. 2.000. El mismo hizo esta aclaración porque en las redes sociales los pasajeros pidieron la eliminación del programa de gobierno.