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Políticamente la semana pasada se cerró con varias acciones que ya dibujan un panorama más claro de lo que está ocurriendo con la modificación de la Constitución. El jueves, un grupo de abogados vinculados al oficialismo colorado presentó en Diputados un pedido para convocar a una constituyente a fin de realizar una reforma de la Carta Magna. Según expresaron, el objetivo es sanear el Poder Judicial y no apuntan a la reelección.
Dos días antes (martes 19), los líderes liberales en forma unánime rechazaron cualquier intento de reelección presidencial, al menos para el actual Jefe de Estado. Eso significa que en materia de número no se podrá modificar la Constitución vía reforma en el Senado, teniendo en cuenta que la bancada del PLRA está integrada por 12 legisladores más los ocho disidentes colorados, suman 20 de un total de 45. Se podrían sumar más votos incluso de otras bancadas.
Para la reforma se necesitan 30 votos (mayoría de dos tercios). Es decir, si el cartismo busca afanosamente la reelección vía reforma, tendrá que salir a “negociar” votos y romper esa unidad liberal, que hasta ahora parece sólida o forzar una enmienda como lo están haciendo. Esta vía exige menor cantidad de votos en el Congreso (Art. 290 de la Constitución), pero varios referentes políticos consideran que este camino no es legal para estudiar la reelección porque afecta la duración de mandatos.
Para recordar, la enmienda requiere el apoyo de 41 diputados de 80 y de 23 senadores de un total de 45.