Al abrir la reunión del comité, tres días después de la visita a Brasilia del nuevo presidente de Paraguay, Horacio Cartes, el senador brasileño lamentó que el Gobierno de Dilma Rousseff haya actuado “remolcado en voluntarismo de otras naciones suramericanas, motivadas por los intereses más inmediatos de una alianza ideológica que echó raíces en el continente sudamericano”.

“Nos equivocamos en nuestra cabeza y evaluaciones. Espero que en el ejercicio de la reflexión, que Brasil va a hacer sobre el episodio, ya sea sin la presión de la situación mal resuelta, tenga la preocupación de entender por qué, en aquella crisis, en vez de liderar el proceso, seguimos con los vecinos más radicales e ideológicos”, indicó Ferraço, según publicó la Agencia Senado, del vecino país.

Por su parte, la senadora Vanessa Grazziotin (PCdoB-AM) no estuvo de acuerdo con la evaluación del presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores. Para ella, Brasil y los demás países del Mercosur tuvieron derecho a suspender a Paraguay tras la destitución del entonces presidente Lugo. “Ahora, después de la toma de posesión del nuevo presidente, según él, es el momento adecuado para que el país vuelva a entrar al bloque.

En tanto, Ferraço señaló que lo importante es “mirar por el parabrisas y no por el retrovisor” y fortalecer el Mercosur, que se está negociando un acuerdo comercial con la Unión Europea.

Por su parte, la senadora Ana Amelia (PP-RS ) expresó su satisfacción porque Paraguay había aceptado la “mano tendida” de Brasil, en lo que calificó como “una especie de vieja amistad”.

El senador Osvaldo Sobrino (PTB -MT), dijo que los brasileños deben “valorar a los vecinos paraguayos.

A su vez, el senador Eduardo Suplicy (PT-SP) señaló que la destitución de Lugo fue mal vista no solo por el Mercosur, así como la Unasur. La elección de Cartes, a su juicio, “abre el camino para el diálogo”.