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Cano Radil consideró que “no es descabellado decir que esto puede entrar en una crisis aún mayor”, en alusión a los que pronostican un pronto retroceso autoritario en el país por la escandalosa corrupción y errores de la clase política, como el hecho de ignorar sistemáticamente el reclamo de amplios sectores ciudadanos de desbloquear las listas de candidatos.
El miembro de la Junta de Gobierno del Partido Colorado dijo que si en el país no hubo una “explosión” político-social es porque somos pequeños y estamos rodeados de “vecinos gigantes que siguen siendo como pulmotores cuando nuestra situación se vuelve harto agobiante”. Puso como ejemplo de descompresión el hecho de que “la Argentina ha dado radicación a 800.000 paraguayos en los últimos 10 años”. “Qué mejor ejemplo de regulación y explicación de porqué no explota la situación en el Paraguay”, agregó.
El político oficialista, sin embargo, cree que “el Paraguay va a cambiar de a poco sus males porque se nos va a obligar por la presión exterior”. “Paraguay no puede dejar de insertarse en la globalización, ni en la sociedad del conocimiento y la exigencia. Y si no lo entienden eso simplemente terminará lamentablemente nuestros compatriotas limpiando baños en los países vecinos, mientras los cargos gerenciales en nuestro país serán ocupados por extranjeros”, enfatizó Cano Radil.
El dirigente colorado reconoció que los partidos políticos no están asumiendo a profundidad la gravedad de “la crisis de la sociedad paraguaya y no trata de reorientar al querido pueblo paraguayo”, pero expresó que “es hipócrita enfocar que la reforma jurídica producirá la reforma de las costumbres”. “Podría anticipar que cualquier modelo electoral aplicado fracasará mientras no expandamos la economía, desmonopolicemos la actividad económica de los oligopolios que controlan el mercado y no modifiquemos la educación pública y volvamos a brindar orientación con valores desde los niños al pueblo paraguayo”, dijo Cano Radil.
Finalmente, el dirigente colorado insistió en que el problema político de nuestro país “no es jurídico, sino cultural” y que aunque cambiemos o hagamos reformas jurídicas, no se resolverá la cuestión de fondo.