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“Campamento en la izquierda del Aquidabán, 1° de marzo de 1870.
“Ilustrísimo y Excelentísimo Señor:
“Escribo a V. E. desde el campamento de López en medio de la sierra. El tirano fue derrotado y no queriendo entregarse fue muerto al instante. Le intimé la orden de rendirse cuando ya estaba completamente derrotado y gravemente herido y, no queriendo, fue muerto.
“Doy los parabienes a V.E. por la terminación de la guerra, por el completo desagravio que ha tomado el Brasil del tirano del Paraguay. El general Resquín y otros jefes están presos. Dios guarde a V.E.
José A. Correia da Cámara
Está conforme
Alfredo de Escragnolla Tavares
Capitán
Al excelentísimo Mariscal de Campo Victorino José Carneiro Monteiro (Archivo Militar).
Así decía el parte enviado por el general José Antonio Correia da Cámara, redactado el mismo día de la finalización de la guerra.
Así como hasta hoy sigue la polémica de qué fue lo que dijo el mariscal –testigos presenciales aseguran una u otra frase–, también difieren las versiones acerca del autor de la herida con que se remató al moribundo presidente paraguayo.
En un primer momento se dijo que quien le dio muerte fue el soldado brasileño José Lacerda, conocido como “Chico Diablo”, pero correspondencias posteriores del propio general Cámara confirma que no fue “Chico Diabo” el asesino del mariscal López.
En una carta a un periodista del diario La Nación de Buenos Aires, fechado el 4 de abril de 1870 refiere que López “procurando resistir, fue muerto. Y así las balas de nuestros soldados pusieron término a la vida de López”. Años después, seguía sosteniendo la misma versión.
En una carta dirigida al consejero Schneider el 9 de marzo de 1883, decía: “El cabo Francisco Lacerda no fue quien ultimó al mariscal López. López murió por herida de bala recibida en el vientre y de esa exposición verídica nadie tiene derecho a dudar para creer en lo que dicen los mal informados”. Tres meses después, el 10 de junio de 1883, en una publicación periodística publicada por A Reforma, relataba que “Nunca revelé el nombre de quien hirió al mariscal López y negué que pudiese haber sido el cabo a las órdenes del Sr. Coronel Silva Tavares, porque no lo vi entre los soldados que perseguían al Dictador”.
Según testigos presenciales, quienes hirieron de muerte al mariscal fueron el teniente Franklin Menna Machado y su ayudante el soldado João Soares, quien fue el último agresor y que le disparó el tiro definitivo.
148 años después de aquel infausto suceso, la muerte del mariscal sigue dando que hablar: Si qué fue lo último que dijo y quién fue el que le remató definitivamente.
surucua@abc.com.py