El absurdo de plantear pasturas para la generación de oxígeno

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Estudios demuestran que un bosque primario  contiene 105 toneladas de carbono por hectárea, mientras que pastizales y cultivos no pasan de  40 toneladas de carbono por hectárea. Plantear que la pastura es suficiente para generar oxígeno es absurdo. ¿Y la biodiversidad?

 

A principios de los años 1980, la Región Oriental de nuestro país sufrió un acelerado proceso de expansión de las fronteras agrícolas. A la par que se tumbaban miles de hectáreas de montes surgieron voces alertando los riesgos de una tala indiscriminada.   


La respuesta a los cuestionamientos fue plantear una campaña de reforestación. Técnicos del Ministerio de Agricultura y Ganadería, del Servicio Forestal Nacional y gremios de productores señalaron que la reforestación era suficiente para frenar los males que se vaticinaban.   


Los peores augurios no llegarían a suceder porque era suficiente reforestar para mantener un equilibrio ambiental. Hoy, habiendo pasado 30 años, podemos comprobar que la reforestación es una de las grandes mentiras: volver a plantar árboles no es suficiente para restablecer la biodiversidad.

Peor aún, lo poco que se salvó con la creación de parques nacionales apenas sí tiene valor genético dado que los montes se convirtieron en "islas" donde el intercambio de especies comienza a enfrentar una suerte de consanguinidad.   


En la vida silvestre sucede exactamente lo mismo que en una comunidad cerrada de personas que enfrenta uniones entre parientes. Esto es lo que está ocurriendo en los bosques que siguen en pie en la Región Oriental.   


A problemas ambientales se unen aspectos económicos: la reforestación tiene un costo extremadamente alto y requiere de subsidios del Estado para que la superficie a reforestar pueda aumentar.   


Se destruyó casi toda la Región Oriental y ahora resulta que la reforestación es un fracaso. Esta advertencia se planteó al inicio de la expansión agrícola, pero ni el Gobierno de turno ni los productores estaban interesados en escuchar. La cuestión era ganar la mayor cantidad de plata, en el menor lapso posible.   

Y ahora el Chaco...   


El Chaco paraguayo se encuentra en la mira de productores agropecuarios y especuladores. Si bien el Estado paraguayo estableció un marco jurídico en procura de mantener un equilibrio entre producción y preservación,   sucesivos gobiernos optaron por cerrar los ojos ante el grave problema que constituye la deforestación irracional.   


Se opta por aceptar una política de hechos consumados, donde la complicidad de funcionarios corruptos se convierte en un aliado fundamental para consumar la tala de bosques.   


No se trata de tirar toda la culpa en la espalda de los productores, pero también hay que reconocer que de algún bolsillo sale el dinero para que el funcionario tolere excesos en el momento de tumbar bosques.   


Nueva mentira


En 1980 se hablaba de la reforestación como solución, ahora se plantea que el pasto es suficiente para generar la misma cantidad de oxígeno que un bosque. Este sofisma, bien rebuscado, no puede resistir simples cuestiomientos:  


¿Se puede comparar la biodiversidad de un campo de pastura con un monte? ¿Puede contener el tejido vegetal del pasto mayor cantidad de carbono que un árbol? ¿Cuanto tiempo de vida útil tiene la celulosa de la pastura, dado que cíclicamente desaparece? ¿Al pudrirse el pasto cuánto de su composición de azúcares, almidones y féculas se libera en forma de carbono?

Estudios científicos demuestran que un bosque primario es capaz de contener 105 toneladas de carbono por hectárea, mientras que pastizales y cultivos no pasan de un promedio de 40 toneladas de carbono por hectárea.


Y una cuestión fundamental: ¿Se puede comparar toda la vida natural que contiene un bosque con aquella que se encuentra en una pastura?


Plantear que la pastura cumple la misma función que un bosque es simplemente una tomadura de pelo. Un verdadero absurdo.


Este argumento busca crear confusión del mismo modo que  en los años 80, cuando se presentó a la reforestación como la solución a  problemas ambientales.


Destruir irracionalmente el monte para cultivar pasturas es el problema. Un dato importante.Uruguay es un gran emisor de gases de efecto invernadero, a través del metano de sus  15 millones de cabezas de ganado. Este tema,  mañana.

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