Dos meses bastaron para “suavizar” caso del esposo de diputada Villalba

Dos meses después del homicidio que involucró a Félix Abente, esposo de la diputada colorada Cristina Villalba, la fiscala Fani Villamayor ya insinuaba la posibilidad de un cambio de calificación. Es decir, de homicidio doloso pasaría a ser culposo. Con la versión de los testigos que declararon a favor de Abente y del propio procesado, se iniciaba el camino para extinguir la causa, que se concretaría cuatro meses después.

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En una audiencia de revisión de medidas quedaba plasmada la posibilidad de que el caso vaya camino al oparei. Es decir, sin llegar a un punto conclusivo sobre la causa de la muerte de Ramón Villamayor, ultimado en la colonia Brítez Cue, Canindeyú, en la noche del 4 de octubre de 2005.

“La representante del Ministerio Público, en la audiencia de revisión de medida cautelar, no opone ninguna objeción con relación al pedido formulado por los representantes de la Defensa sobre la aplicación de medidas menos gravosas, teniendo en cuenta que las diligencias aquí realizadas podrían cambiar el rumbo de la calificación inicial hecha en el acta de imputación, como asimismo el grado de reprochabilidad del imputado”, decía parte de la resolución de juez Silvio Flores, que tiene fecha 2 de diciembre de 2005.

En ese momento lo que se trataba era la medida sustitutiva a la prisión de Abente, que iba a ser favorable al procesado.

La fiscalía insinuaba en ese momento, un posible cambio de calificación más beneficioso para el imputado.

Hasta ahí, la fiscalía había escuchado las declaraciones de cinco “testigos” que en realidad lo que hicieron fue seguir un mismo libreto que consistía en dejar en claro que Abente realizó dos disparos y que uno de ellos –el mortal– fue accidental.

También se había realizado la reconstrucción durante la cual Abente con los “testigos” siguieron el mismo libreto.

La versión de cómo se produjo el disparo genera dudas.

Dijeron que el tubo de la pistola 9 mm se golpeó por el soporte de la puerta de carrocería de una camioneta, en donde estaba la víctima y al caer el arma se disparó.

Aseguraron que nadie se dio cuenta de que la víctima fue herida.

Sin embargo, el informe policial habla de tres disparos.

A esto se suma que la imputación que dio origen al caso, habla de dos impactos de balas en el cuerpo de la víctima.

Pese a las dudas que se generaban en la investigación fue la propia fiscalía la que se allanaba a medidas sustitutivas a la prisión e insinuaba la posibilidad de un cambio de calificación de la causa.

El caso se extinguió en abril de 2006.

Obviaron informe médico

Del escrito de revisión de medidas presentado por la misma defensa se resalta que las declaraciones testificales y la reconstrucción fueron las diligencias realizadas por la fiscalía.

“Las declaraciones testificales a todas luces demuestran lo sucedido, que en el momento procesal oportuno demostraremos la eficacia de las mismas, decía el escrito de los abogados Alberto Escobar y Benedicto Giménez.

El mismo juez Silvio Flores en la resolución habla de que se cumplieron diligencias esenciales. Sin embargo no aludía al informe médico que hablaba de dos impactos de balas en el cuerpo de Ramón Villamayor y no uno como dijeron los “testigos” y el imputado.

ocaceres@abc.com.py

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