Don Faustino y el Paraguay

En la historia y alrededor de personajes de cierta relevancia siempre se tejen versiones, a veces erróneas y otras veces tendenciosas o malintencionadas. Tal el caso del argentino Domingo Faustino Sarmiento, de principalísimo protagonismo en la historia de la Guerra de la Triple Alianza, cuyo sesquicentenario se viene conmemorando.

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El maestro sanjuanino y expresidente argentino Domingo Faustino Sarmiento es una figura aborrecida por muchos paraguayos. Razones hay, lógicamente, y comprensibles, pues fue el presidente de la República Argentina en el tramo final de la terrible y desgraciada guerra que nuestro país sostuvo contra la Triple Alianza, de la cual el gobierno y el ejército de ese país formaban parte y que se desarrolló entre finales de 1864 y principios de 1870.

Aportes sarmentinos al Paraguay 

Aparte de su papel en la contienda, recordemos que el señor Sarmiento en su ancianidad vino a vivir al Paraguay, donde fue acogido amablemente por el solidario pueblo paraguayo.

Esa solidaridad, amabilidad y don de gente de nuestros connacionales de entonces fueron correspondidos por Sarmiento, colaborando activamente con las autoridades, que buscaban afanosamente la recuperación luego de los desgraciados años de guerra y sus terribles secuelas. El aporte sarmentino fue en el área de su especialidad, la educación.

La niñez y la juventud paraguaya se vieron agraciadas con los consejos y asesoramientos del señor don Faustino.

En efecto, los primeros planes escolares que fueron aprobados en el país el 14 de agosto de 1888 fueron hechos por el Consejo Superior de Educación con la cercana colaboración de Sarmiento, quien se encontraba viviendo en Asunción por motivos de salud.

A la inspiración de Sarmiento también se debió la sanción de la Ley de Educación Común dictada en 1887, por la cual el Estado pasó a hacerse cargo de la instrucción primaria, que hasta ese momento dependía de las municipalidades.

Se redactó una Ley General de Educación, lo que llevó a la fundación en 1889 de la Universidad Nacional, se creó también el Consejo Superior de Educación y de la Superintendencia de Instrucción Pública, organismo de dirección, administración e inspección de las escuelas primarias que dispone de autonomía con respecto al Poder Ejecutivo.

Sarmiento tuvo también importante participación en la reorganización de la Biblioteca Nacional y el Museo, la jubilación para los maestros, la realización de conferencias pedagógicas en forma periódica, la clasificación de las escuelas, los reglamentos escolares y los planes de estudio.

Por influencia de Sarmiento se contrataron maestras norteamericanas, entre ellas Sara Reed, y la compra de textos norteamericanos pertenecientes a la Casa Appleton.

La gravitación de Sarmiento se hizo sentir hasta en la construcción escolar, la fabricación de pupitres escolares adaptados a las condiciones y los materiales disponibles en el país.

Sarmiento y la Generación del 900 

Otro aporte de Sarmiento fue convertir al colegio fundado en 1877 en un verdadero colegio nacional, acogiendo en su seno a jóvenes de todo el país, a quienes se brindó hospedaje, alimentación y educación de primer nivel, y llevó a la formación de un grupo de élite en materia educativa, conocido como la Generación del 900, nunca repetida en el país.

Nacido en San Juan, Argentina, el 14 de febrero de 1811, Sarmiento había ejercido la docencia desde los 15 años y en 1831, por cuestiones políticas, se exilió en Chile, donde trabajó de minero y maestro de escuela. De regreso a su país fue un ferviente opositor al régimen rosista, lo que le valió nuevamente el exilio. Eso le llevó a visitar varios países y empezó su actividad como escritor. De regreso a la Argentina se dedicó a la política y fue diplomático ante los gobiernos de varios países. 

Maestro masón, fue elegido mandatario de su país entre 1868 y 1874 y se caracterizó por impulsar la educación y fomentar las ideas liberales civiles y la oposición a regímenes dictatoriales. En su ancianidad vino a vivir al Paraguay y cooperó con la redacción de planes educativos, que desembocaron en la creación de la Universidad Nacional de Asunción y, como ya dijimos, en el surgimiento de la célebre Generación del 900.

La muerte le sorprendió el 11 de septiembre de 1888, en momentos en que estaba redactando un libro de lectura. Otros aportes de Sarmiento al Paraguay fueron la introducción del eucaliptus y del mimbre.

surucua@abc.com.py

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