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La explosión fue tan fuerte que los fragmentos del auto se dispersaron en un radio de 250 metros. Como era un campo abierto, la onda expansiva no hizo tanto daño, como lo hubiese hecho si estallaba frente a la Agrupación Especializada o en cualquier otro lugar poblado.
El ministro del Interior Juan Ernesto Villamayor dijo a ABC Cardinal que el coche bomba iba a ser llevado a la capital a bordo de una grúa para evitar los controles ruteros.
Estudiante de Arquitectura
Aproximadamente dos horas después de la muerte de los tres brasileños, llegó al lugar el dueño de la casa intervenida, el abogado y docente universitario Pedro Rubén Samudio. Este dijo que su último inquilino fue un joven de Presidente Franco, quien hace una semana dejó la casa, pero que ya tenía una nueva locataria interesada en alquilar la propiedad, una brasileña que le ofreció pagarle G. 2.000.000 mensuales. La persona que alquiló la casa, para los delincuentes brasileños fue una joven que presentó una cédula brasileña a nombre de Juliana Da Silva Pinto, quien dijo ser estudiante de Arquitectura.
Ahora la Policía busca corroborar su identidad.