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YPEJHÚ, Canindeyú (Alberto Núñez, corresponsal).La edificación está totalmente descuidada y prácticamente abandonada por el Estado. Los militares que están prestando servicio allí deben permanecer en ella bajo peligro de derrumbe. El general de División Óscar Pavón reveló que están planificando un destacamento modelo en la zona, pero esperan aprobación del presupuesto.
Esto, a pesar de que la zona se volvió sensible luego del asesinato del periodista de ABC Color Pablo Medina Velázquez (53) y su acompañante Antonia Almada Chamorro (19), además de ser considerada la principal ruta del tráfico de marihuana y otros tipos de ilícitos de la frontera seca con Brasil. Coincidentemente en este sitio se habría refugiado el exintendente municipal colorado Vilmar “Neneco” Acosta Marques, de 39 años, luego de que se perpetrara la ejecución del hombre de prensa y la mujer.
Teóricamente la unidad militar fue instalada allí para que los efectivos puedan cuidar la soberanía paraguaya, pero durante nuestro largo recorrido no vimos ninguna presencia militar por la frontera. Igualmente sucede en la localidad de Itanarã, donde también se halla un destacamento militar, pero en precarias condiciones, lo que deja al descubierto la ausencia total del Estado, por más que la zona es considerada “roja”. Ni siquiera remodelaron la estructura de madera, según se pudo corroborar.
Urge que el Estado o la propia institución castrense se interese en efectuar una inmediata reparación al local, debido a que residen allí al menos cinco efectivos militares, para los que representa un enorme peligro, atendiendo a que se van pudriendo las maderas, lo que podría terminar en un derrumbe mortal. Las maderas están a punto de ceder, debido a la falta de mantenimiento, lo que llama poderosamente la atención a los propios lugareños que se comunicaron con este diario para denunciar el estado de abandono en el que se halla la unidad militar.
Al parecer, el local nunca fue refaccionado. En este sitio, Vilmar Acosta, autor intelectual del crimen del periodista Pablo Medina, se habría refugiado gracias a la protección de su amigo, el coronel Felipe Orrego.