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“La Navidad sin Jesucristo no tiene sentido ni razón de ser. Es necesario, pues, poner en el centro de nuestras vidas a Dios hecho hombre, también con palabras, gestos y actitudes de amor y de misericordia para con el prójimo, comenzando por nuestra familia, nuestros ambientes de trabajo, nuestras comunidades y nuestro país”, enfatiza el mensaje.
En otra parte, señalan que Dios muestra el camino para esta celebración: la sencillez del pesebre y de los pastores, y la alegría anunciada por los ángeles: ¡Gloria a Dios en las alturas y en la tierra paz a los hombres que gozan de su amor! (cfr. Lc 2, 11-14).
En familia
Los obispos del Paraguay recuerda igualmente que la Navidad es la fiesta de la familia por excelencia.
“Por ello, desde hace varias décadas, la Iglesia alienta y promueve la “Navidad en Familia” como un invalorable medio de evangelización y de preparación para la celebración comunitaria del nacimiento del Niño Dios, fortaleciendo así la buena vecindad y los lazos de reconocimiento mutuo y de solidaridad”, señalan.
Finalmente sostienen que María y José velan el sueño del Niño. “Nos inspiran para vivir esta fiesta con nuestras familias, en un ambiente de serenidad y gozo, acogiendo también en el seno de nuestro hogar a aquellos que están solos y tristes, para hacerles sentir la ternura y la misericordia de Dios”, resalta el documento.