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El intercambio de correos electrónicos giraba en torno a la empresa “Grupo Monte Cristo Inversiones SA” que había sido creada casi un año antes, con la ayuda de la firma panameña que fue centro del escándalo mundial conocido como los “Papeles de Panamá”.
La empresa fue inscrita ante los Registros Públicos panameños el 19 de febrero de 2015. El verdadero propietario, según consta en los documentos internos de MF, es un paraguayo llamado Rodrigo Alvarenga Paredes. Eso sí, directivos y accionistas fueron puestos por el bufete para evitar que él apareciera directamente vinculado.
Poco después incluyeron a otra offshore creada por MF y gestionada por el Estudio Beconi como accionista del Grupo Monte Cristo: Ventilor Foundation.
De acuerdo a informes comerciales a los que tuvimos acceso, Alvarenga Paredes es originario de Capitán Bado, departamento del Amambay.
Este hombre de 32 años aparece ligado a empresas ganaderas y como director presidente de dos casas de cambio que operaban en Pedro Juan Caballero: CORDILLERA CAMBIOS SA y MASTER EXCHANGE SA.
La empresa de portafolio fue utilizada para crear una firma con el mismo nombre en Paraguay y en la que aparece como accionista. En la firma abierta en Paraguay, Alvarenga Paredes aparece como representante legal y declaran un capital de apenas US$ 10.000.
Sucursal con urgencia
Repentinamente, en marzo de 2016, desde Asunción comenzaron a solicitar la apertura urgente de una sucursal en Bolivia de la misma empresa.
La desesperación era evidente en cada correo que enviaban desde Asunción y en el que la palabra urgente se repetía varias veces.
Finalmente, la sucursal fue creada también con el mismo nombre que en Paraguay y Panamá: Grupo Monte Cristo Inversiones. En Paraguay, el movimiento comercial de la empresa fue nulo desde su creación, pero aún así crearon una sucursal en Bolivia.
Como apoderado en el vecino país pusieron a un hombre llamado Marcial Gómez. Según los correos, es un “ciudadano paraguayo que reside en Bolivia”.