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Francisco De Vargas, de extracción liberal, asumió formalmente ayer como ministro del Interior, en remplazo de Carmelo Caballero, y luego del juramente en el acto de traspaso de mando ya se reunió con su equipo de trabajo en la sede ministerial.
De Vargas declaró a nuestro diario que va a enfocar su gestión en el combate frontal a organizaciones criminales y terroristas, en alusión al EPP, banda que mantiene en zozobra a los pobladores de la zona norte del país.
Indicó que potenciarán el manejo de inteligencia y la especialización de recursos humanos como método para obtener soluciones operacionales o tácticas contra la banda de secuestradores.
En ese sentido, anunció que “independientemente a las unidades tradicionales (como Antisecuestro, Investigación de Delitos e Inteligencia), vamos a recurrir a la formación de unidades especializadas y de trabajo en conjunto. Fuerzas de tareas que llevan a cabo efectivamente el trabajo de inteligencia y las operaciones tácticas, como lo veníamos haciendo en la Senad y que vemos que son la principal falencia de la Policía”, indicó.
Aseguró que le devolverá su autonomía operativa a la Policía Nacional, pero que esta funcionará siempre bajo la dirección política del Ministerio del Interior.
Añadió que la nueva cúpula va a tener la libertad de asumir determinaciones operacionales de manera independiente, dando a entender que los anteriores comandantes dependían de la aprobación del ministro de turno.
División
Francisco De Vargas mencionó también que impulsará el proyecto de división de la Policía en dos grandes direcciones generales: investigativa y preventiva.
“La especialización del personal va en forma directa contra la improvisación. Hoy en día un personal policial es un hombre orquesta o todólogo. Esta especialización debe venir desde la academia”, manifestó en relación a la idea de enfocar la instrucción de los futuros agentes específicamente para el campo investigativo o preventivo.
“No soy un enemigo”
Al ser consultado sobre su equipo de trabajo, De Vargas confirmó a Javier Ibarra al frente del Viceministerio de Seguridad Interna y al exconcejal colorado de Asunción Jorge Capello en el Viceministerio de Asuntos Políticos.
Sobre la supuesta imposición de Capello, como un cupo de la ANR, De Vargas aclaró que fue él mismo quien lo mocionó.
En cuanto a los abucheos que recibió ayer de parte de un sector del coloradismo, durante su juramento como ministro del Interior, Francisco De Vargas manifestó que “el Paraguay debemos construirlo entre todos, con un objetivo en común, que está muy por encima de las creencias o de los fanatismos políticos. Yo pretendo trabajar para el Paraguay, de la mano de todos los sectores sociales y de todos los poderes del Estado. Los que no están contentos deben saber que yo no soy un enemigo, y esa diferencia tampoco va a generar en mí molestia alguna”, concluyó.
CINCO MINISTROS, EN CINCO AÑOS
Carmelo José Caballero Benítez, desde el 22 de junio de 2012 hasta el 15 de agosto de 2013. Asumió en la noche en que Federico Franco fue nombrado presidente de la República, tras el juicio político a Fernando Lugo.
Rubén Candia Amarilla, desde el 15 de junio de 2012 hasta el 22 de junio de 2012. Estuvo en el cargo siete días, luego de la masacre de Curuguaty y hasta la destitución de Fernando Lugo. Fue fiscal general del Estado.
Carlos Alberto Filizzola Pallarés, desde el 25 de agosto de 2011 hasta el 15 de junio de 2012. De senador pasó a ser ministro, hasta que tuvo que ser cambiado junto a la cúpula policial tras la masacre de Curuguaty.
Crio. Gral. (R) Federico Acuña Araújo, desde el 16 de junio de 2011 hasta el 25 de agosto de 2011. Fue comandante de la Policía Nacional durante los primeros 100 días de gobierno de su compueblano Fernando Lugo, quien luego lo nombró ministro del Interior para descomprimir el panorama político, tras la traumática destitución de Rafael Filizzola. Finalmente lo volvió a cambiar al inventarle una enfermedad.
Rafael Augusto Filizzola Serra, desde el 15 de agosto de 2008 hasta el 16 de junio de 2011. Fue el primer ministro de la era Lugo y uno de los principales referentes de ese gobierno. Sin embargo, fue echado sorpresivamente, junto a Efraín Alegre, al ser acusados de usar sus cargos para hacer campaña política, luego de que trascendiera que ambos se postularían para las próximas elecciones generales.