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La suerte de tener un papá político, fiel hurrero del grupo colorado que gobierna, favoreció a Luis Roberto Pintos Aguilera para convertirse en un millonario a sus 30 años.
El muchacho es hijo del ferviente operador del presidente Horacio Cartes, exfuncionario de Aduanas y actual director del Correo Paraguayo, Ángel Pintos Balbuena.
El joven Pintos se incorporó a la aduana gracias a las influencias de su padre y comenzó como un modesto asistente administrativo que se manejaba en un precario vehículo de segunda mano.
Al asumir el presidente Horacio Cartes, de la mano del director Nelson Valiente, sin título universitario el muchacho ascendió como jefe del departamento Riesgos y desde ese momento emprendió un acelerado crecimiento económico. Su designación transgredió normas asociadas a procedimientos de certificación internacional de calidad ISO 9001, que exigían la culminación de una carrera universitaria para ocupar el puesto.
Antes del Gobierno del “Nuevo Rumbo”, el joven Pintos tenía un ingreso de G. 6,7 millones en la aduana. Al asumir como jefe pasó a ganar G. 12,7 millones, cifra que multiplicó por millones y acumuló bienes por G. 3.600 millones en tres años. El hijo del político se había jactado en una entrevista anterior de llevar una vida de lujos con servicios de primera como seguro médico, colegio de sus hijas, etc.
Viaja a los mejores lugares del mundo y vive de fiesta con los amigos, según vimos en las redes sociales.
En tres años como jefe de Riesgos de la Dirección de Aduanas, montó un spa de unos G. 400 millones para su esposa Nancy Chamorro Paredes quien mantiene un plantel de 25 funcionarios, estrenó una fábrica de hielo con un capital de G. 1.000 millones, compró vehículos de alta gama por unos US$ 250.000, adquirió casas, alquila un costoso dúplex, etc.
Al conocerse su fortuna le habíamos preguntado a Pintos como acumuló todo eso y él respondió: “gano demasiado bien”.
Ahora le preguntamos ¿de dónde sacó la plata? y nos dijo: “yo creo que no hace falta ninguna declaración”.