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Basilio Gustavo Núñez Giménez (Bachi), médico de profesión y hombre de confianza del presidente Horacio Cartes, cumplió su cometido de ingresar a la política para dejar la pobreza.
“Me voy a dejar de esto y me voy a meter en la política para ser rico”, le había dicho Bachi a un colega suyo del hospital de Villa Hayes, cansado de desplazarse en ómnibus y vivir a lo justo.
Bachi no tenía casa propia y vivía con el papá cuando probó suerte en la política a través del Partido Colorado. Comenzó como presidente de seccional, luego fue concejal municipal de Villa Hayes y después intendente de esta ciudad en el 2010.
La jefatura municipal le rindió para construirse su primera coqueta residencia al lado de la casa de su padre, en Villa Hayes. Al dejar la intendencia, Bachi calzó con el proyecto del Nuevo Rumbo y se convirtió en uno de los testimonios que reivindica la bandera del Gobierno de Cartes del combate a la pobreza.
Vecinos de Villa Hayes nos contaron con asombro que de una modesta construcción la vivienda familiar del asesor presidencial fue refaccionada en su totalidad, montó una radioemisora y mejoró casi toda la manzana con nuevas edificaciones.
Una estancia modelo, con piscina, áreas deportivas, un moderno quincho y casa de descanso, muestra la envidiable prosperidad del asesor.
Se le conoce también otra imponente casa de estilo colonial en las inmediaciones del río Paraguay y una flota de lujosos vehículos.
Apenas se instaló el Gobierno del Nuevo Rumbo, Bachi además empezó a elevar un astillero a orillas del río Paraguay, en Villa Hayes. Llegó a utilizar como capitalista a Félix Troche Ruiz Díaz, un humilde empleado de la Organización Paraguaya de Cooperación Intermunicipal (Opaci).
Al ser descubierto por investigaciones de nuestro diario, Bachi blanqueó su inversión y constituyó la sociedad Astillero Villa Hayes SA en octubre del 2015, cinco meses después de hacerse público el caso. Su hermano Ricardo Núñez, otro cuestionado político, aparece como vicepresidente de la sociedad.
El capital social de la firma es de G. 10.000 millones, cerca de US$ 2 millones. Ya se integraron G. 5.000 millones, casi US$ 1 millón, según los registros de la sociedad. Llama la atención su inversión considerando que todo lo percibido como sueldo de asesor presidencial al momento de arrancar la obra fue de G. 48,5 millones.
En el 2014 y 2015 cuando la obra iba viento en popa, el ingreso global de estos dos años de Bachi llegó a G. 443,4 millones. Es decir, solo en el astillero su inversión fue 10 veces mayor de lo que percibió en tres años.
Le preguntamos a Bachi ¿de dónde sacó la plata? y dijo: “vendo asfalto al Estado, época de Lugo, Franco y ahora”.