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Samudio afirma que determinar el lugar preciso de donde estaría el oro enterrado durante el segundo desalojo de Asunción, en la Guerra Grande (1865-1870), le llevó años de investigación, por lo que decidió hacer las cosas como corresponde. Presentó notas al titular de Ferrocarriles del Paraguay (Fepasa), y luego a la Dirección General de Patrimonio Cultural dependiente de la Secretaría de Cultura en las que solicitó la autorización para la realización de una prospección.
Dos meses después obtuvo una respuesta a través de una nota de la arquitecta Gilda Urbieta, directora general de Patrimonio en la que le autoriza a llevar adelante su prospección y sondeo a fin de determinar el posible hallazgo de tesoros en la franja de dominio del ferrocarril.
En la nota se aclara que si mediante este procedimiento se confirma el hallazgo, se autorizará la realización de la excavación bajo la dirección de los técnicos del Área Arqueológica, de la Dirección de Patrimonio.
Samudio confirmó ayer a ABC Color que acordaron la elaboración de un contrato a fin de determinar las responsabilidades en la operación.
Marcelo Wagner, titular de Fepasa, fue quien derivó el pedido de Samudio a la Dirección de Patrimonio y manifestó que con este proceder del buscador se intentará evitar que cazatesoros clandestinos sigan cavando en las propiedades del ferrocarril afectando en algunos casos parte del patrimonio.
Samudio explicó que el trabajo a realizar es altamente profesional, ya que cuenta con un equipo técnico conformado por unas 10 personas.
El buscador exhibió la forma en que realizarán la excavación y presumen que el tesoro se encuentra en una profundidad de tres metros, debajo de las vías del tren.
La historia cuenta que en 1868, en plena Guerra de la Triple Alianza, se habrían cargado lingotes de oro del Tesoro Nacional en dos vagones del tren con destino a Ypacaraí. El oro nunca llegó a destino.
Los vagones con oro que iban a Ypacaraí se habrían descargado por el camino en dos carretas que luego fueron enterradas en diferentes lugares. El hallazgo de Samudio sería una de las carretas.
El buscador afirma que si se confirma que el oro encontrado es propiedad del Estado, él no tendrá nada que reclamar y su trabajo será más que un “acto patriótico”, pero caso contrario, se regirá por lo que dice el Código Civil Paraguayo, la mitad es de quien encontró y la otra del propietario del inmueble, en este caso, Fepasa.
El caso de Samudio quizás se sume a los miles de casos de buscadores de tesoros a lo largo de la historia paraguaya, pero la diferencia de otras es que este buscador decidió hacerlo por los conductos correspondientes y ante los ojos de quien quiera verlo.
“A mí y a mi grupo nos llevó años de investigación. Invertimos mucho dinero en la compra de equipos.
En este caso no solo tenemos los documentos que confirman nuestro hallazgo, sino también los equipos técnicos indican que en el lugar hay un tesoro”, explicó.
Dijo que esta semana la Procuraduría General de la República debe determinar los detalles del contrato y definir la fecha de la excavación.
jtorres@abc.com.py