Cucho y casi toda su familia vendían cocaína

Los fonopinchazos efectuados por la Secretaría Nacional Antidrogas (Senad) desde abril hasta setiembre de este año, en su mayoría contra blancos predeterminados por su cercanía con el capo ahora recluido Reinaldo Javier Cabaña Santacruz, alias Cucho, revelan que este y casi toda su familia se dedicaban abiertamente al narcotráfico en Alto Paraná.

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Casi siempre hablaban por teléfono en jopara, es decir, en castellano y guaraní, aunque a veces apelaban al portugués.

Pero el clan familiar tenía un eslabón débil, el también encerrado Marcelo Ricardo Cabaña Santacruz, alias Capi, quien cayó en la adicción a la misma cocaína que vendía. 

Una prueba de ello se produjo el 4 de julio pasado cuando uno de los hermanos, que sería Rubén Cabaña (prófugo), llama a Cucho a altas horas de la noche y le cuenta que Capi había sido detenido por policías, en ciudad Presidente Franco, al ser sorprendido inhalando cocaína dentro de su coche.

“Nde, la Policía le agarró a Capi, acá en Franco. En su auto, le encontraron consumiendo merca. Les traje 500.000, pero no le quieren soltar, porque está muy borracho”, advierte Rubén.

Cucho pregunta: –¿Y cuánto quieren?

Rubén cuenta: –Uno y medio quieren, y yo solo tengo 500.000.

Inmediatamente después, Cucho dice: “Mamá (por Margarita Santacruz) tiene mi plata. Decile que te dé. Decile también a los policías que tenés solo un millón”.

Rubén entonces contesta que va a ir a pedir a su madre el dinero para pagar la coima y también le cuenta a Cucho que los policías no saben quién es su detenido y que no lo relacionan con el capo.

Casi como un hermano

Aunque no es su pariente directo, la propia Senad identificó al también detenido Hugo Martín Ríos, alias Jakare, como el principal socio de Cucho en la venta de cocaína. De hecho, ambos se trataban casi como hermanos, hablaban por teléfono y negociaban casi todos los días.

El 28 de julio, por ejemplo, Cucho saluda a Jakare y le dice: “Vos no tenés... Te acordás esos cuatro que Berraco (Nencer Ramírez Lozano, colombiano prófugo) te dejó, esos tan lindos. Uno te había sobrado. ¿O ya se vendió todo?”. 

Jakare responde: “No, ya se vendió todo eso. Hasta su plata ya le había dado”.

Cucho replica que solo quería para mostrar a alguien y después anuncia: “Yo pensé que era más lindo. Bueno, voy a enviar junto a vos a nuestro socio, para que le des uno. Se va a ir junto a vos Rodríguez (suboficial inspector Humberto Rodríguez González, preso). Pero va a mirar nomás y después ya te lleva otra vez”.

Jakare culmina: “Dale, dale. Reloj (término con el que identifican a la cocaína de mayor calidad)”.

En otra llamada, dos días después, Cucho le dice a Hugo que le quiere pagar (presuntamente por la cocaína retirada por el policía Rodríguez) y que le espera ya en su casa. El otro responde que va a ir enseguida a retirar su dinero.

El 1 de agosto Cucho le pide 1.000 gramos de cocaína a Hugo y luego le anuncia que va a enviar a alguien para retirar la porción.

Ese mismo día Hugo Martín Ríos, alias Jakare, le llama a otro de los hermanos de Cucho, Yamil Ramón Cabaña Santacruz (prófugo), y le hace un pedido de “cuatro” de esos más lindos. Yamil responde que solamente de esa calidad “nomás luego” tiene, y se cierra la transacción.

Jefe de Investigaciones

El 2 de agosto Jakare le llama a Cucho para avisarle que policías de Investigaciones de Ciudad del Este están detrás de su hermano Capi (apodo de Marcelo Ricardo Cabaña Santacruz, preso). 

También le sugiere a Cucho que hable con el jefe (comisario principal Juan José Alonso Meza, preso). 

Cucho responde que el jefe le conoce a Capi, porque de hecho siempre le avisa de cualquier operativo. Después el capo corta la llamada para comunicarse inmediatamente con el comisario.

El 9 de agosto Yamil Ramón Cabaña Santacruz le llama a Hugo Martín Ríos, alias Jakare, para avisar que un grupo de agentes especiales de la Senad están rondando la zona. “Atiendan, no muevan nada ahora”, es la indicación.

Allanamiento y desesperación

El 10 de agosto se produjo un allanamiento en Ciudad del Este, en la casa de Margarita Santacruz, madre de Cucho, Capi, Yamil y Rubén.

Capi le llama a Yamil y le cuenta: “Allanamiento en nuestra casa. Antinarcóticos. Están allanando la casa de mamá. Parece que van a entrar a la casa de papá también. Yo tengo un toco ahí, está escondido en la heladera, no creo que encuentren. Rubén también suele vender ahí. No creo que tenga por él o qué”.

Yamil le contesta: “Kóre, yo también tengo un toco acá. Voy a hacer volar entonces”. 

Por su parte, desesperado, Cucho le llama a su socio Hugo Martín Ríos, alias Jakare, para avisarle del allanamiento y le comenta que un día antes le dijo a Capi que escondiera toda la droga que tenía en el lugar. “Mi mamá está pidiendo socorro”, le revela Cucho a Jakare.

Después, Jakare le llama a Capi y le pregunta quiénes están haciendo el allanamiento, si son de Investigaciones o de Antinarcóticos. Extrañado, Capi contesta que los policías de ambas oficinas, en teoría, son sus “kapelu”.

Finalmente, Hugo Martín Ríos, alias Jakare, le llama a la propia Margarita Santacruz, la madre de los Cabaña Santacruz, y le pregunta qué pasó.

Entre otras cosas, Margarita cuenta: “Allanamiento. Manuel Rojas (fiscal). Desde Asunción vinieron. Por acá cerca también hay otros allanamientos. Tu arma lo que estaba acá. Les dijimos que era del guardia de seguridad. Pusieron en blanco nuestra hoja y me devolvió. Yo no tengo más nada luego acá. Revisaron todo. Sacaron fotos al auto Audi y revisaron también mi auto. Preguntaron por Silverio y por Sartú”.

Posteriormente hay otras conversaciones en las que Cucho cuenta haber pagado 2.500.000 de guaraníes al asistente del fiscal Manuel Rojas, Luis Ricardo Yegros Fariña (preso), para que este devolviera el revólver incautado en la casa de Margarita. El abogado Santiago Cuba fue el nexo.

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