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El gremialista Carlos Cuba Ruiz Díaz aseguró ayer que la improductividad como médico de consultorio que se le atribuye en un documento publicado ayer por nuestro diario es debido a que “el corrupto director del hospital de Limpio, Dr. Jorge Paredes, escondió las hojas en las que dejaba consignada la atención de los pacientes”. “Es una fichita nomás. Un papel nada más es. El doctor Paredes hizo desaparecer nuestra productividad. En agosto comienzan las denuncias”, acotó.
Al ser insistido si esos documentos serían falsos, señaló que no puede asegurar, pero los papeles no llevan firmas.
“No puedo decir si ese documento es falso. Elaboró el director corrupto del hospital”, expresó.
Alta calificación
Entregó dos certificados firmados por un tal doctor Darío Jara del hospital de Limpio en los que figuran sus altas calificaciones en el desempeño de sus funciones. En producción tiene 4; iniciativa 4; cooperación 5; cuidado de equipos y materiales 4; puntualidad 4, entre otros puntos.
Se trata de una evaluación semestral entre enero y junio y julio y diciembre de este año.
Contrato por excepción
Con relación al ingreso de su esposa Lorena Morán al Ministerio de Salud Pública y Bienestar Social, como sicóloga, el doctor Cuba admitió que fue sin concurso de méritos y aptitudes porque un decreto permite a la citada cartera de Estado contratar profesionales mediante “medida de excepción”.
“No solamente mi esposa fue contratada por este sistema, sino todos, porque el Ministerio de Salud no convoca a concurso de méritos”, subrayó el dirigente gremial.
Su pareja estaba trabajando en la Codeni de Limpio, pero fue echada porque no pertenece a la línea política del intendente Carlos Palacios que ya fue denunciado por malversación de 9.000 millones de guaraníes. “Ella se va y presenta su currículum en el Ministerio de Salud, porque hacía falta una sicóloga en Limpio y ella es la única sicóloga de niños. Eso no preguntaron estas periodistas de investigación. Eso no saben ellas. A nivel país, el ministerio contrató médicos por medida de excepción. No solo a ella se le contrató por ese sistema”, repitió.
Agregó que el salario de su pareja es de G. 3.000.000 y que tiene derecho a trabajar. No por ser la esposa de un gremialista perdería ese derecho.
En cuanto al pedido de la contratación de la sicóloga que debía hacer el director del hospital, admitió que no lo hizo. Sino la misma Morán, al quedar sin el trabajo, se fue al ministerio a pedir. Argumentó que Limpio registra el mayor índice de embarazo en adolescente por lo que era necesaria la prestación de su servicio en el hospital de la ciudad, expresó Morán.
Es más, el director Paredes le recibió, luego le dejó sin espacio.
Se va a un lugar llamado Salado’i para atender y realizar charlas de capacitación. Inclusive debe buscar en ese sitio algún consultorio que esté libre para poder realizar su trabajo.
Las citas con ella marcan a través de su teléfono celular, explicó.
“No había voluntad de parte del director de crear un espacio, porque sí hay necesidad”, subrayó.
Si el director consideraba que su contratación era innecesaria, debió enviar una nota al ministerio para pedir su traslado a otro lugar.
Referente a su falta de productividad en el mes de mayo, Morán dijo que fue porque estaba atendiendo a su hija menor que se había operado de peritonitis.
No es iracundo
En cuanto a su expresión vehemente durante la visita que hizo a la redacción del diario antes de las publicaciones Cuba señaló que es su forma de expresarse.
“No es que yo sea iracundo, histérico. Les pido disculpas. Es mi forma de hablar. No les insulté”, señaló.
Con relación a su hija Silvia, médica en la Clínica Nanawa, refirió que “solamente una vez abandonó su consultorio solo un momento para comprar algo frente a la clínica y que tiene permiso especial por maternidad”.
“Que me demande ABC”
El doctor Cuba en otro momento trató de chantajistas a las responsables de los artículos relacionados con las escapadas de su hija Silvia del consultorio de la Clínica Nanawa en horarios en que debía estar atendiendo pacientes y sobre su importante ingreso mensual de G. 27 millones mediante los sueldos que percibe en tres diferentes instituciones.
Insistió en que las periodistas le visitaron en su consultorio para “pedirle cosas”, sin presentar pruebas, aunque aseguró tenerlas. “Yo no puedo mentir pero estas chicas me acusan de ser mercader de la salud”. Pidió que el diario ABC Color le demande por esta acusación.