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CAACUPÉ, Dpto. de Cordillera (Desiré Cabrera, corresponsal).Durante la homilía de ayer, Mons. Giménez recordó a los jueces y a los miembros de la Corte Suprema de Justicia, la gran cantidad de presos que se encuentran en las diferentes cárceles del país, a quienes no se les hace justicia ni pronta, ni barata. Algunos incluso están presos durante años sin condena, acotó.
Refiriéndose a los jueces corruptos dijo: “Qué nos creemos nosotros los hombres para obrar diferente a las enseñanzas de Dios y hacer las cosas como se nos da la gana, o solamente cuando se nos da dinero. Una justicia que depende de los maletines para ser rápida”.
En otro momento, Mons. Giménez habló sobre el séptimo mandamiento: “No robarás”. En ese sentido dijo que en nuestro país se roba de una barbaridad. “Especialmente la gente que ocupa cargos muy importantes, roban muchísimo”, afirmó.
Explicó que el séptimo mandamiento prohíbe tomar o retener el bien del prójimo injustamente y perjudicarlos de cualquier manera en sus bienes, así como usurpar el bien ajeno en contra de la voluntad razonable del dueño.
Añadió que la costumbre de robar se fue apoderando de nuestra sociedad, llegando incluso al asesinato para llevarse lo ajeno con violencia.
En otro momento dijo que por robar también se entiende el daño a las propiedades privadas y públicas, el hacer variar artificialmente el valor de los bienes, poniendo un precio que no corresponde.
Especificó que la corrupción generalizada es un robo grande que se hace al pueblo. Los trabajos mal hechos, el fraude fiscal, la venta de terrenos fiscales a un socio, pariente o amigo, de donde se saca provecho, tienen la calificación de robo. La falsificación de cheques y facturas, añadió.
El titular de la CEP fue tajante al afirmar que el despilfarro de los bienes del Estado también es un robo.
“Algunos tratan de justificar sus acciones delictivas, diciendo que los recursos públicos, como las tierras son de todos y por eso está bien apoderarse de ellos. Pero la realidad es otra. Para eso está la justicia, para lograr lo que uno piensa que le corresponde”, acotó.
Finalmente, dijo que todo esto es contrario a la ley moral y exige reparación para las víctimas.