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“Este gesto representa una afrenta a las más de 100.000 víctimas de la dictadura, a miles de exiliados y a sus descendientes y un desprecio a los más elementales derechos humanos y a los valores democráticos”, dice un pronunciamiento.
Para la Mesa Memoria Histórica resulta preocupante que una figura de una institución política destacada se proponga elogiar a un régimen que gobernó al país bajo el estado de sitio, con una política permanente de persecución a opositores penados con el encarcelamiento o el exilio.
Menciona a algunos desaparecidos, como Agustín Goiburú, Esther Ballestrino, Derlis Villagra, entre otros.