Cargando...
El presidente brasileño, Michel Temer, realizará una visita oficial a nuestro país el lunes 3 de octubre, y debe ser aprovechada por el gobierno de Horacio Cartes para iniciar las conversaciones con miras al 2023, año en que se cumple el plazo para la revisión de las condiciones financieras y económicas de Itaipú (Anexo C).
“Itaipú es un tema especial, un capítulo aparte. El criterio ecuánime debe presidir las discusiones, porque cualquier acuerdo nos puede perjudicar como país”, aseveró Fernández, una personalidad paraguaya de gran prestigio internacional y trayectoria política. Fue embajador paraguayo en Brasilia (2012-2013) y anteriormente presidente de la Cámara de Alta, en los periodos 1993/94 y 1994/95. Igualmente, estuvo como representante de nuestro país ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos, entre otros cargos de relevancia.
Fernández señaló que la visita de Temer es muy auspiciosa, porque “enmienda un período”, aludiendo a los gobiernos Lula Da Silva y Dilma Rousseff.
El exsenador liberal dijo que ahora la tradicional política exterior de Itamaraty (Cancillería) vuelve a su cauce normal. Opinó que este hecho puede resultar beneficioso para nuestro país.
“Este es un momento crucial para Brasil, ahora nos necesitamos mutuamente, pero en un plano de altura, no volviendo a esa política suma cero; es decir evitar que la vieja concepción de que alguien gana y otro pierde. No, la relación debe ser ganar-ganar”, manifestó.
En otro momento, Fernández recordó que en la relación con Brasil tiene muchos “ítems” y mencionó el comercio (primer socio), infraestructura (puentes), lucha contra el crimen transnacional, cooperación técnica y militar, entre otros.
En el ámbito regional, el exembajador resaltó la crisis en el Mercosur motivada por Venezuela. “Estamos en un momento crítico”, señaló.
Un caso llamativo ocurrió cuando Fernández, designado embajador en Brasil en 2012 por el entonces presidente Fernando Lugo. Nunca pudo acreditarse ante Rousseff. Durante el gobierno de Lugo no fue recibido y, posteriormente, Rousseff desconoció el gobierno de Federico Franco (PLRA). Fernández, finalmente, renunció en mayo del 2013.