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Rubin indicó brevemente que los cambios hechos por los senadores no afectaban la esencia del proyecto y que urgía la necesidad de contar con un Sistema de Inteligencia centralizado.
Destacó también que con este proyecto se coordinará la labor de distintos organismos de inteligencia que funcionan en diferentes instituciones del Estado, con lo cual se procurará tener mayor eficacia.
El proyecto crea un Consejo y una Secretaría Nacional de Inteligencia, esta última dependiente de la Presidencia de la República. El secretario tendrá rango ministerial.
Una de las modificaciones realizadas por la Cámara de Senadores fue obviar la participación de los presidentes de las comisiones de Defensa de ambas cámaras del Congreso, como proponían los diputados. Asimismo, desestimaron la participación del fiscal general dentro del Sistema Nacional de Inteligencia.
La diputada Rocío Casco (Avanza País) respaldó también el proyecto del Senado, señalando que era más garantista y preciso para los derechos ciudadanos, ya que pone énfasis en las garantías constitucionales.
En caso de que el Poder Ejecutivo promulgue inmediatamente la ley, el Sistema de Inteligencia podría ser puesto en práctica a la brevedad. No obstante, legisladores consultados señalaron el hecho de que no existe previsión presupuestaria para el funcionamiento del nuevo organismo. Esta circunstancia haría que la Secretaría de Inteligencia recién entre a plenitud en funciones el próximo año.