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La adquisición fue hecha por contrato directo, lo que motivó en su momento denuncias de supuesta manipulación. Los que iban a ser el orgullo de las FF.AA. en vehículo táctico militar inglés, por su versatilidad, poder y durabilidad, actualmente en gran parte están corroyéndose en un improvisado “cementerio” en el patio de la Agrupación Logística, en el predio del Comando del Ejército, ubicado en Campo Grande (ex Caballería).
Entre los años 2010, 2011 y 2012, y con presupuesto plurianual, fueron adquiridos de la firma ACE SAC Automotores 16 camionetas tipo jeep Land Rover Defender 130, doble cabina, diésel, y 42 Land Rover Defender 130, cabina simple, diésel, por un monto total de G. 18.634.150.000, unos 4,1 millones de dólares al cambio de la época.
La compra fue presentada como una ventajosa operación para el Estado paraguayo por la calidad de los vehículos y dado que también implicaba generación de fuentes de trabajo y transferencia de tecnología, porque la carrocería de las camionetas fueron fabricadas en el país, bajo asesoramiento de técnicos ingleses de la Land Rover.
“El primer paso fue contar con la autorización del Parlamento inglés para que nuestro país compre equipo militar; una vez que se logró dicho requisito, técnicos de la empresa llegaron a Paraguay a observar nuestra capacidad para instalar carrocería, toldos, asientos y otras partes metálicas”, explicaba el Tte. Cnel. Héctor Grau, entonces director del departamento de adquisición de armamento y materiales del Comando del Ejército, en una publicación de nuestro diario del 7 de mayo del 2011. Grau actualmente es general de Brigada y dirige la Fuerza de Tarea Conjunta (FTC). El oficial destacaba que también se adquirían el lote completo de repuestos para cinco años, dos talleres móviles y asistencia técnica para mecánicos del país.
Pronto comenzaron los problemas con un lote de vehículos enviado al Chaco. Las bombas inyectoras de combustible comenzaron a fallar, así como otras prestaciones de los rodados.