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Para el fiscal Vicente Rodríguez, el testimonio del perito Sergio Gilberto Salinas fue la declaración más importante que recibió ayer la jueza federal de Curitiba, Brasil, Gabriela Hardt, por la contundencia que demostró de que los sicarios Flavio Acosta Riveros y su tío fugitivo Wilson Acosta Marques se encontraban en el lugar donde acribillaron al periodista Pablo Medina y a su acompañante Antonia Almada, el 16 de octubre de 2014, en Curuguaty.
De igual manera, el perito Salinas expuso, vía teleconferencia, que estos sicarios, posterior al crimen, se comunicaron con su patrón Vilmar “Neneco” Acosta Marques, quien fue condenado a 30 años de prisión, más otros 9 años como medida de seguridad, como autor intelectual del homicidio, para informar que “el trabajo estaba hecho”.
También declararon el fiscal Nelson Cañete, quien realizó las primeras diligencias investigativas luego del crimen.
De igual manera, prestó declaración el entonces concejal y actual intendente de Ypejhú, Emidgio Morel, quien manifestó que el clan Acosta Marques se caracterizó por sembrar terror en la zona. Los homicidios no eran aclarados, pero la gente ya sabía a quién atribuirlos, indicó.
Asimismo, la periodista de nuestro diario Magdalena Benítez explicó la forma en que Pablo Medina hacía su trabajo en Curuguaty. Indicó que Pablo conocía los peligros a los que se exponía, pero que de igual manera decidió enfrentarlos.
Por su parte, el fiscal de Asuntos Internacionales Manuel Doldán dijo que Flavio debe ser condenado en el Brasil.