Cargando...
El proyecto de ley presentado por los diputados colorados de Caaguazú Éber Ovelar Benítez y Miguel del Puerto, fue aprobado por la Cámara Alta el 4 de setiembre pasado. Durante su tratamiento en el Senado, el jueves pasado, hubo fuertes cuestionamientos a esta propuesta legislativa porque, curiosamente, no se incluye cuánto costará implementar la pulsera electrónica y cuál sería la fuente de financiamiento.
La senadora colorada Blanca Ovelar indicó que el proyecto tiene algunos puntos oscuros, como la falta de datos importantes relacionados con el costo, empresas que proveerían las pulseras, llamado a licitación, etc.
En ese mismo sentido, opinó también el senador colorado Mario Abdo Benítez, quien valoró la iniciativa proveniente de Diputados porque ayudará a disminuir el hacinamiento en las penitenciarías nacionales. Pero insistió en que se necesita tener toda la información para poder analizar y tomar una decisión.
Senadores, a favor
Uno de los principales defensores del proyecto en el Senado es Silvio “Beto” Ovelar (ANR), hermano del diputado proyectista, quien, por supuesto, alabó la iniciativa y calificó de necesaria y urgente porque permitirá descomprimir las abarrotadas cárceles del país.
El senador colorado y excomisario Carlos Núñez afirmó que la pulsera electrónica permitirá que los policías que custodian a los condenados con prisión domiciliaria se dediquen exclusivamente a luchar contra la inseguridad. Aunque no especificó, dijo que tres policías por condenado (cada ocho horas) cuidan las casas de las personas que tienen arresto domiciliario.
Agregó que desde una oficina se podrá controlar a las personas que tienen arresto domiciliario o libertad condicional como ocurre en otros países.
“Ayudará a descomprimir”
El senador liberal y exministro de Justicia y Trabajo Blas Llano apoyó también el proyecto de ley y argumentó que “ayudará a descomprimir” el hacinamiento de las cárceles. Indicó que el arresto domiciliario ayudará a una mejor reinserción social de los delincuentes porque miles de los que están privados ni siquiera tienen condena.