Con campañas para figuretear, tenemos contaminación y dengue para rato

Este artículo tiene 12 años de antigüedad
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La fiscala del Medio Ambiente Bernarda Álvarez califica de hipócritas las medidas adoptadas por las autoridades para combatir el dengue y la contaminación que matan cada vez más gente en nuestro país. Sostiene en esta entrevista que Cateura, en Asunción, ya debió haber desaparecido, o los propietarios de industrias que contaminan arroyos y ríos, y los intendentes y ministros que los apañan, ya hubieran estado tras las rejas si se cumpliera la ley. Álvarez reitera que “con estas limpiezas para figuretear ante la prensa, tenemos dengue y contaminación para rato”.

–¿Dónde está la distorsión en esta campaña que se hace contra el dengue y la contaminación?

–Mire, yo como fiscala no tengo por qué salir a acompañar a los intendentes a limpiar baldíos para figuretear derramando el agua de cubiertas o de palanganas. Esa no es mi función. Si el delito está configurado, el responsable debe ser imputado. Estamos en un estado de derecho. Lo que está previsto en la ley vamos a cumplir. Lo que no está previsto, bueno, lo siento...

–La ley no se cumple; ahí está la cuestión...

–No se cumple y yo, aunque muchas veces me siento sola, trato de hacer cumplir. En mis intervenciones escucho hasta el hartazgo: “¡Ay, pobrecito!, ¿por qué le castigan?”... Y no es tan simple.

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–Su última intervención fue el caso de los tigres y los leones de circo. Usted pidió el decomiso.

–En ese caso, por ejemplo, armaron todo un culebrón. Apareció la leona y convirtieron al león del zoológico (“Rubio”) en un Romeo que necesitaba a su Julieta. Acá hay una realidad. Una persona, el propietario, cometió un delito. Dejó abandonados a todos sus animales, y nosotros no tenemos por qué darles la alimentación y construir un hábitat a costa del dinero de los contribuyentes. En todo caso, vamos a corregir enviando a esos animales a su hábitat natural. Hay un ofrecimiento de Estados Unidos para llevarlos a un santuario que tienen ahí...

–Pero anunciaron una colecta para que se queden...

–Pueden hacer las colectas que quieran, pero esos animales no se pueden comprar y no se pueden quedar. Yo advertí a estas personas (que tomaron la iniciativa) que eso no se puede hacer. Además, corremos el riesgo de que nos sancionen internacionalmente.

–Ni las campañas más feroces pueden detener la contaminación del lago Ypacaraí, de los arroyos del área metropolitana, de Cordillera, Paraguarí...

–De la contaminación del lago se habla desde hace más de 30 años en la prensa. Cambian las autoridades, y todo sigue igual, aunque todos saben exactamente lo que se tiene que hacer: construir un sistema de alcantarillado y de tratamiento de efluentes cloacales y de la basura.

–Hace falta mano dura, dice usted.

–Le estoy diciendo. Había un intendente en Mbuyapey al que le procesé porque se fue a poner un vertedero en un arroyo. Fueron cuatro años de proceso. Se postuló a diputado en el departamento más colorado del país (Paraguarí), pero fue condenado igual. Creí que sus influencias lo iban a salvar, porque estamos en un tiempo muy político, pero a fines de noviembre fue condenado. Es la primera condena a un intendente. No fue fácil.

–¿Tienen mucho poder político y económico?

–Usted no se imagina el poder que tienen. Estoy segura de que si me sacaban el expediente, lo iban a absolver. Felizmente, los jueces también tuvieron bastante carácter y fortaleza para soportar las presiones. Se dieron cuenta del empeño que puse en demostrar que el delito fue bastante grave. Nadie me acompañó, salvo la comunidad. Es grande tener una sentencia y un precedente importante para nuestro país. Estamos escribiendo la historia de a poco.

–¿Hay más intendentes enjuiciados?

–Al intendente de San Antonio también lo voy a llevar a juicio oral, efectivamente, por instalar un vertedero en medio de un asentamiento, a 500 metros del río Paraguay. Tengo imputado también al intendente de J. Augusto Saldívar. Tengo una cadena de intendentes que tengo esperando para las imputaciones. A esa gente no les interesa su propia comunidad.

–Usted insinúa que los intendentes son los principales violadores de las leyes ambientales?

–Todos somos culpables, en mayor o menor medida. Los intendentes, que son los que tienen que velar por el cumplimiento de la ley, son los que más se acomodan para violar. Por ejemplo, en esta campaña de limpieza de patios baldíos y de basuras para combatir el dengue veo que algún fiscal por ahí sale a hacer limpieza con los intendentes. Yo, fiscal, no tengo por qué salir a hacer limpieza. Mi función, como le dije, es tomar medidas contra los que violan la ley, y punto. Si son los intendentes que con su inacción violan la ley, pues hay que tomar medidas. Yo he imputado a 30. Algunos lograron zafar o tienen su proceso parado o tratan de solucionar, pero están ahí, imputados.

Hice apresar y condenar a cuatro años de cárcel a un propietario brasileño por deforestación. Otros condenados se comprometen a hacer donaciones, pero al final nadie sabe qué lo que dona o qué se hace con la plata si es que donan. Entonces, lo mejor al final es aplicar la ley. Lo digo por experiencia.

Imputé al intendente de San Lorenzo. Me sacaron de la causa. Me mandaron al Jurado de Enjuiciamiento. También se salvó el dueño de la matadería sucia, asquerosa, al que también imputé.

Faena carne en el suelo. Esa carne después se vende como alimento. Imagínese. Un diputado de apellido Venialgo, de Carapeguá, fue a atropellarme... La defensa del medio ambiente tiene muchos peligros. Yo me pregunto: ¿por qué no interviene el ministro de Salud?

–¿Siempre se meten los políticos?

–Lo que pasa es que el tema ambiental pasa mucho por lo económico, y lo económico se sustenta en campañas políticas. Son poderes fácticos que se encubren entre sí.

–Es como si buscaran un carnet de impunidad...

–...Una licencia para seguir violando las leyes ambientales. Los representantes del sector privado tienen una gran responsabilidad para combatir a aquellos especuladores que se escudan diciendo que son patrones que dan empleo a la gente...

–¿Y no es así?

–Yo hace 12 años que me dedico a perseguir los delitos ambientales. Conozco casi todo el Paraguay. Hay mucha explotación laboral en muchas industrias. He constatado personalmente. Hay regímenes casi de esclavitud. Ahora veo que el Ministerio de Justicia y Trabajo está interviniendo más, pero vaya uno a saber cuánta explotación hay. Todos dicen que están dando trabajo a la gente. Lo primero que me dice el dueño de la industria cuando le exijo que cumpla la ley es: “voy a cerrar y se van a quedar sin empleo todos los que están trabajando acá”.

–¿Qué dicen los empleados?

–El empleado enseguida se enoja conmigo porque cree que yo soy la responsable. En una curtiembre que intervine hace poco, les dije: “ustedes están ganando una miseria y se pelean con el perro, con el gato, con la sangre, con la mosca en un lugar donde van a contraer cáncer si siguen en estas condiciones”. Y cuando van a parar al hospital, el patrón que los enfermó ni les va a visitar. El Estado, o sea, el impuesto que paga la ciudadanía, es el que se va a poner para que traten de curarse.

–Ahora se quiere instalar Rio Tinto, la planta de aluminio...

–Yo desconfío de los inversionistas que quieren instalarse aquí. Siempre hablo por experiencia. Les interesa la promiscuidad, el desorden político, económico, financiero que hay, y se trata de sacar tajada. Estos que vienen como supuestos inversionistas son siempre para evadir y dañar. Estuve leyendo que el actor Gerard Depardieu se hizo ruso para no pagar más impuestos en Francia, porque es muy alto. Esa es la mentalidad con que se vienen. Hay que buscar inversiones genuinas y no inversiones oportunistas que quieran evadir la ley y destruir la convivencia con el medio ambiente.

–¿Usted lo que ve es una sociedad de políticos, intendentes y empresarios oportunistas conectados armónicamente entre sí?

–Los intendentes, en general, se hacen los ñembotavy. Algunos de ellos me cuentan, pero en voz baja. Un intendente me dijo que no me podía acompañar para hacer una intervención –sacaban la arena del río Piribebuy– porque dijo que los que cometían la irregularidad eran sus votantes. A veces me doy cuenta de que estoy metida en el medio de un fuego cruzado. Por ejemplo, aparece un diputado que extorsiona al empresario para que les dé trabajo a sus partidarios, so pena de denunciarlo a la fiscalía por irregularidades ambientales. Todo está muy mezclado con lo político.

Me llamó el intendente de Carapeguá a pedirme que no impute a los propietarios de 42 curtiembres.

Me pidió que vaya y les hable. Yo le respondí: “Me va a disculpar, intendente. Yo voy a imputarles a todos. Voy a pedir la clausura de todas esas industrias. Siento mucho que se queden sin trabajo. No es mi problema”. Ellos no se dan cuenta de que están enfermando a la gente. En estos días murió una criatura de parasitosis...

–¿Por qué no hay plantas de tratamiento de efluentes?

–La gente tampoco quiere. Viene el politiquito con sus seguidores y dice que ninguna planta de tratamiento se va a instalar cerca de su comunidad. Yo recuerdo que en el 2001, con ayuda del BID, se hizo todo el alcantarillado de Tobatí y Caacupé. Cuando se iba a construir la planta de tratamiento apareció un grupo de gente comandado por un candidato a concejal para impedir la construcción. “No vamos a permitir que se venga a quedar la cagada acá en el pueblo de la mamá del presidente González Macchi”. Así dijeron. Se revocó el proyecto y nos quedamos sin planta. Los desechos fueron a parar a los arroyos de la Cordillera. Algo que es básico en cualquier país civilizado del mundo, no hay en Paraguay.

–¿En el caso del dengue, qué se está haciendo mal?

–En julio ya debió haber comenzado la campaña. Lo que se hace es manejar mal. Yo puedo limpiar mi casa, pero voy a la oficina y un compañero me puede contagiar. Con estas limpiezas para figuretear ante la prensa, tenemos dengue y contaminación para rato. Vaya a ver lo que es Cateura. Ahí está la fuente de las enfermedades que contraemos los asuncenos. Yo me acuerdo de Cateura cuando era niña, porque íbamos a pescar con mi papá. Era como la arena de la Barra de Tijuca de Río de Janeiro. Hoy es terrorífico ver toda esa basura acumulada allí.

–Desde la administración Riera escuchamos que van a cerrar.

–Ahora ampliaron el plazo a otro año más. Allí engordan chanchos, vacas... Está al lado del río Paraguay y lo contamina. La basura se huele hasta el centro. Se huele en todos los barrios. Yo no sé si usted estuvo en el recital de McCartney en el estadio Defensores del Chaco. Yo decía: “Dios mío, ¿será que Paul McCartney huele ese olor penetrante de Cateura que estoy oliendo yo?”. Yo no sé quién está metido detrás de esta empresa que mantiene Cateura. En la capital de un país no puede haber un vertedero de esas características. Es criminal. Pero, bueno, como dice el paraguayo pobre, resignado y conformista, mba’e jajapóta. Por lo menos yo, en mi caso, hago lo que puedo. Por eso digo, que se dejen de ser hipócritas algunas autoridades y hagan reformas estructurales de verdad. Seguramente vamos a tener que esperar hasta que terminen sus ocupaciones en las campañas políticas, hasta abril.

holazar@abc.com.py