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Aparte de tener a su esposa Lucía Duarte de Garcete cobrando como funcionaria pública históricamente sin trabajar y de disponer de recursos del Estado para fines privados, el comandante de las Fuerzas militares (FF.MM.) Luis Garcete, utiliza sus guardias como choferes para comodidades de su familia.
El máximo jefe militar cuenta con un importante pelotón de seguridad en su domicilio, entre uniformados y funcionarios de las Fuerzas Armadas, para su custodio y el de su familia.
Durante la serie de pesquisas periodísticas hechas en las inmediaciones de su vivienda, se pudo constatar que los custodios y choferes con salario estatal designados para esa casa, prestan todo tipo de servicios extensivos a su esposa y a su hijo de nombre Abel Garcete Duarte. En una fotografía de esta página se puede observar al joven a punto de abordar la camioneta que está al servicio de su papá comandante.
Otro funcionario del Ministerio de Defensa fue visto barriendo la vereda de la casa del jefe militar. Según fuentes de la institución, su nombre es Dionisio Zalazar.
Durante las averiguaciones, se pudo ver a una docena de guardias servir al comandante y a su familia a medida que entraban y salían de la residencia ubicada en las inmediaciones del Parque Ñu Guasu. Hay imágenes de militares cuando lustran el automóvil de la esposa de Garcete, haciendo mandados y hasta sacando la basura.
Mientras esto sucede en la casa del comandante Garcete, la Ley N° 1115/97 del estatuto del personal militar, en su artículo de la ética militar, habla de conducta moral y de “abstenerse de hacer uso del cargo o jerarquía para obtener facilidades personales de cualquier naturaleza, o para encaminar negocios particulares o de terceros”.
La familia de Garcete está en el ojo de la tormenta luego de que saltara a la luz que la esposa cobra sin trabajar en el lugar designado y dispone de recursos públicos para fines de su ONG privada.