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Uno de los casos más emblemáticos es el de la familia Franco, del PLRA.
Cuando Federico Franco ocupó la presidencia de la República, en 2012, investigaciones periodísticas revelaron que unos 27 familiares directos del mandatario ocupan cargos públicos. La mayoría de ellos sigue en lo mismo.
Algunos de los que más aprovechan para incurrir en casos rayanos en el nepotismo y el tráfico de influencias se encuentran en el Congreso.
Una de las prácticas habituales en la que incurren los legisladores es la de colocar a sus parientes más cercanos, esposa e hijos en cargos en sus oficinas.
Ese fue el caso de la diputada liberal Ramonita Mendoza, que contrató a su hija como asistente. Al hacerse pública la situación, argumentó que fue por una cuestión de seguridad y para evitar “traiciones”.
Otra diputada liberal muy cuestionada fue María Carísimo, quien tiene varios familiares a sueldo de la Cámara Baja.
También fue muy discutido el caso del diputado liberal Celso Maldonado, quien tenía como funcionaria en su oficina a su hija María Belén Maldonado.
La misma es conocida con el apodo “la compranotas”, debido a que se descubrió que cuando cursaba la carrera de Derecho en la Universidad Católica de Asunción, pagó dinero para aumentar su puntaje en varias materias.
La lista de familiares de políticos con cargos públicos es muy extensa.
Muchos de ellos continúan en las instituciones después de que estos hayan dejado sus cargos.