Cargando...
El puesto del Instituto Forestal Nacional (Infona), instalado en el kilómetro 35, municipio de Yby Pytã, a unos dos kilómetros del camino utilizado por los traficantes de madera extraída de la reserva natural de Campos Morombí, prácticamente no controla. Diariamente salen 3 a 4 camiones repletos de maderas aserradas, conforme a nuestras averiguaciones.
El pasado 31 de diciembre, constatamos que el camión conducido por Canto Meza, quien sacaba madera aserrada del área protegida, ni atinó a quedarse en el puesto de control del Infona.
Al ser abordado por la prensa, Meza exhibió una hoja de papel manuscrita que supuestamente le autoriza a llevar madera de la reserva para construir su vivienda. El papel tiene sello y firma presuntamente de la diputada colorada cartista Cristina Villalba de Abente, conocida también como “la reina del note” o “la madrina”.
En el “documento” se alega que Meza es de escasos recursos económicos, por lo que se le dona madera de la reserva de Campos Morombí. Por su parte, Meza dijo que llevaba la madera a la Secretaría Nacional de la Vivienda y el Hábitat (Senavitat) que está construyendo viviendas sociales en la zona de Curuguaty.
Otro elemento que alienta la extracción masiva de madera de la reserva forestal es el casi nulo control de la Policía. Se habla inclusive que algunos comisarios estarían detrás del tráfico de rollos sacados de Campos Morombí.
La reserva está dentro de unas 30.000 hectáreas de la empresa agroganadera Campos Morombí, propiedad de la familia Riquelme. El inmueble abarca los departamentos de Canindeyú, Alto Paraná y Caaguazú.
Conforme a nuestras fuentes, la extracción de madera y tala de bosques se realiza en un sector invadido por unos 700 campesinos “sintierras” que ingresaron tras la masacre de campesinos y policías ocurrida en junio del 2012 en una parte de la propiedad.
Seguirán deforestando
Campesinos que invaden la reserva admitieron que están deforestando sin control los bosques del lugar. Argumentan que es su única forma de sustento. “Vamos a seguir echando árboles, esto ya es incontrolable, nadie ya va remediar porque estamos muchos”, aseguró un labriego cuya identidad resguardamos por seguridad.
Ayer intentamos de vuelta comunicarnos con Villalba para tener su versión. La misma no respondió ni siquiera el mensaje que le enviamos a su celular.