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Su nombre se menciona con fuerza en los círculos colorados como el elegido por el presidente de la República, Horacio Cartes, para la jefatura de la representación diplomática del país en La Habana.
El nombre del exlegislador ya habría tenido entrada para el beneplácito correspondiente ante el Gobierno cubano del presidente Raúl Castro, e incluso se tendría la respuesta en breve. Luego, el nombre del político colorado debe ser remitido al Senado para estudio y el eventual acuerdo constitucional.
Cano Radil es un reconocido jurista y catedrático. Es egresado de la Universidad Nacional de Córdoba con el título de abogado en 1980 y licenciado en Comunicación Social en 1983 con su tesis “Comunicación y propaganda”. Es doctor en Ciencias Jurídicas de la Universidad Nacional de Pilar (2005). Ocupó diversos cargos políticos y electivos; y fue convencional en 1992.
La representación nacional a cargo de la jefatura de un embajador en La Habana está vacante desde junio del 2012. El último jefe de misión con rango de embajador fue Luis Domingo Laíno, quien renunció inmediatamente tras la destitución, vía juicio político del Congreso, del entonces presidente de la República Fernando Lugo.
Actualmente, la Embajada en Cuba está a cargo del encargado de negocios Arnaldo Salazar (diplomático de carrera) y el segundo secretario es Ricardo Cabral (cupo político).
Interés cubano
En círculos diplomáticos trascendió que el embajador cubano en Asunción, José Domingo Astiasarán, transmitió “el interés de su gobierno de que el Paraguay designe, a la mayor brevedad, un jefe de misión para Embajada en La Habana”.
Ayer contactamos, vía telefónica, con el encargado de negocios en La Habana, sobre si recibió directivas de la Cancillería paraguaya para encaminar el nombre del político colorado como embajador, quien se excusó.
Salazar explicó que no le corresponde hacer declaraciones porque no esta autorizado a hacer comentarios, porque es de exclusiva atribución constitucional del Presidente de la República el manejo de las relaciones exterior de la República y a la Cancillería, la encargada de impartir directivas e instrucciones a las misiones.
“Por lo tanto no tengo la autoridad; no estoy autorizado para hacer declaración alguna sobre esto que no es de mi competencia”, subrayó el diplomático paraguayo.