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Se trata de Sean J. Madsen, de 64 años e invidente, que llegó al país para conocer en persona a Marcos Antonio, el niño del barrio San Miguel de Villarrica con quien mantiene amistad a través de correspondencia.
El pequeño y su familia recibieron víveres, ropas y zapatos, chapas de zinc, mochilas, útiles y uniformes escolares, camas y libros, como parte de un programa de patrocinio impulsado por el Fondo Cristiano Canadiense y que beneficia a más de 1.000 niños en la localidad de Villarrica.
Ayer Madsen visitó primero en horas de la mañana la casa de Marcos y en la tarde estuvo en la institución educativa en donde estudia, la escuela San Miguel del Este. Es esta entidad la CCFC también financió la reparación de seis aulas y un par de baños.
Asimismo, Sean Madsen juntó fondos para la compra de materiales de construcción que se destinaron en la edificación de una habitación en la casa de Marcos Antonio.
Tanto el patrocinio y el apoyo financiero para las obras de refacción en la escuela de la zona, forman parte del Programa de Desarrollo Comunitario centrado en la Niñez de Villarrica, implementado por el CCFC en alianza con la ONG Crecer con el programa Jepay. Esta última entidad es la encargada de seleccionar a los beneficiarios teniendo en cuenta diferentes aspectos y principalmente la situación socioeconómica. Unos 10.000 niños de nuestro país son patrocinados por ciudadanos canadienses y taiwaneses, según explicaron desde el Fondo Cristiano Canadiense.