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La citada referencia, plasmada en el capítulo “La persecución”, no identifica a la persona, pero indica que una ex ama de llaves del hogar de un político que llegó al poder y cayó abruptamente hace referencia a la supuesta implicancia de esta familia en el tráfico de órganos. Luego señala que, posteriormente, esta familia abandonaría el país y perdería una hija asesinada.
Los camaristas Carmelo Castiglioni (disidente), Alejandrino Cuevas y María Mercedes Buongermini confirmaron el fallo dictado el 24 de julio de 2015 por la jueza Marlene Ruiz Díaz.
La magistrada concluyó que si bien la autora del libro no mencionó a la familia Cubas y dio nombres ficticios, varios testigos indicaron que “no podía tratarse de otra familia” y que la publicación le causó un daño moral.
Cecilia Cubas Gusinky, de 31 años, hija del expresidente Raúl Cubas Grau, fue secuestrada el 21 de setiembre de 2004. La familia pagó US$ 300.000, pero la liberación jamás se produjo. El 16 de febrero de 2005 su cuerpo fue hallado enterrado en un túnel de una casa en Ñemby.