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En nuestra edición de ayer publicamos una extensa entrevista al Dr. Emilio Camacho, profesional que tiene a su cargo la querella contra el comunicador Édgar Chilavert.
Este, periodista de radio Aquidabán FM, de Concepción, enfrenta desde la prisión de Emboscada una denuncia por abuso sexual en menores.
El Dr. Camacho sostiene lo siguiente: “Chilavert cometió el grave delito de abuso sexual en perjuicio de un menor de 13 años”.
Como prueba de su afirmación menciona que la supuesta víctima fue entrevistado en la cámara Gesell: “Confirmó que se consumó el acto sexual en dos oportunidades. Existió coito con Chilavert y estas declaraciones fundamentan nuestra querella criminal”.
La cámara Gesell tiene un uso extendido, sobre todo en los casos de delitos sexuales.
Antes de seguir, conviene señalar que la cámara Gesell es una habitación equipada para la observación profesional de personas. El espacio está integrado por dos ambientes separados por un vidrio de visión unilateral.
Dentro del habitáculo se tienen instalados equipos de audio y de vídeo para grabar testimonios en un ambiente controlado; las entrevistas son realizadas por sicólogos.
La declaración que se obtiene en la cámara Gesell debe ser contrastada con otros elementos.
Si el menor de 13 años dice que tuvo coito con el periodista Chilavert, el testimonio debe tener pruebas que respalden sus palabras.
Las pericias quedan de lado
El 10 de octubre de 2018, el mismo día de la detención de Chilavert, la Dra. Mirian Duarte, del Departamento de Clínica Forense del Ministerio Público, realizó una inspección médica a la supuesta víctima.
El resultado, publicado en su totalidad en nuestra edición del 2 de junio último, dice: “Región perianal y ano: de forma oval, tono y pliegues conservados, no se observan fisura ni hematomas ni desgarros recientes” (negritas son nuestras).
La inspección del pene tuvo el siguiente resultado: “Sin lesiones”.
Las declaraciones en la cámara Gesell debe tener el sustento de otros elementos incriminatorios.
La supuesta víctima dice que existió sexo; el examen del Laboratorio Forense del Ministerio Público, en cambio, dice otra cosa.
Ante la falta de coincidencia, resulta lógico que tiene que primar la pericia de un médico forense.
No es la única contradicción
El informe de Clínica Forense no es lo único que contradice las declaraciones de la supuesta víctima.
En la cámara Gesell habló de intercambio fluido de mensajes de índole sexual.
El 3 de mayo último, el Laboratorio Forense del Ministerio Público entregó tanto a la jueza Hilda Benítez Vallejos como a la fiscalía el resultado de la pericia de celulares y computadores.
No se encontró una sola foto, un solo mensaje que pueda incriminar a Édgar Chilavert.
El menor sostuvo que tuvieron encuentros. El GPS del teléfono celular de Chilavert demuestra que el periodista no estuvo ni siquiera en las cercanías de la vivienda de la supuesta víctima.
El testimonio en la cámara Gesell, sin elementos que demuestren veracidad, no tiene mayor valor.
Édgar Américo Chilavert sigue en Emboscada, preso.
roque@abc.com.py