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Como todos los años, las instituciones públicas faltando dos meses para el fin del periodo fiscal, comienzan a convocar a licitaciones para “gastar” todo el presupuesto vigente.
En ese contexto, la Cámara de Diputados desde inicios de setiembre convoca a millonarias licitaciones para dotar de comodidades –consideras por muchos innecesarias– a los legisladores.
El pasado miércoles, el legislativo decidió convocar a licitación para la adquisición de 103 computadoras personales de escritorio, según las especificaciones técnicas establecidas en el portal de Contrataciones Públicas.
A las computadoras, sumaron 30 fotocopiadoras multifuncionales láser, con capacidad para imprimir 45.000 hojas por mes, como mínimo.
El proceso de compra de los equipos informáticos se suma al iniciado para adquirir 80 heladeras y 80 televisores pantalla plana, que serán instaladas en las oficinas de cada uno de los legisladores.
Lo irónico de estas adquisiciones es que aparentemente los legisladores ni siquiera fueron consultados al respecto. Tanto es así que el pasado viernes la oficina de Contrataciones de la Cámara de Diputados emitió una circular a través de la cual consultaba a cada legislador si requería que dichos equipos sean instalados en sus oficinas.
Varios legisladores se manifestaron contra estas compras. El diputado Víctor Ríos, en su oportunidad dijo que los electrodomésticos no son necesarios para el trabajo legislativo. En términos similares se pronunciaron Rocío Casco, de Avanza País, y Enrique Pereira, del Partido Colorado.
La excusa utilizada por los administradores del dinero público para realizar este tipo de compra es que todo está presupuestado.
El presidente de la Cámara de Diputados, Juan Bartolomé Ramírez, insistió en que las heladeras eran necesarias para que los legisladores por lo menos hielo puedan tener en sus oficinas, aparte de conservar alimentos.
Ramírez anunció que para el ejercicio fiscal del 2014, el presupuesto general de la Cámara Baja será recortado en 7.000 millones de guaraníes.