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El socio comercial del prófugo por el mismo caso, Darío Messer, fue capturado en la noche del miércoles en una de las residencias que ocupaba junto a un allegado en el exclusivo Paraná Country Club, de la ciudad de Hernandarias, departamento de Alto Paraná.
Desde aquel punto, Farina fue trasladado a la capital del país y quedó detenido en el departamento Judicial de la Policía, mientras las autoridades gestionaban con suma rapidez su extradición.
Poco más de 48 horas después de su captura, ayer a las 04:00 fue extraditado el “doleiro”. Al salir de Judiciales, Farina no dio declaraciones a la prensa y solo atinó a decir “mi esposa”, refiriéndose a una mujer que se encontraba en un vehículo particular y que gritaba Bruno.
Farina fue trasladado bajo un fuerte dispositivo de seguridad hasta el Grupo Aerotáctico de Luque, donde fue entregado a miembros de la Policía Federal del Brasil, quienes lo estaban aguardando a bordo de un avión de la misma unidad.
Todo el procedimiento fue realizado sin ningún tipo de incidente. El único hecho anecdótico se registró cuando Farina se despidió del agente de Asuntos Internacionales Manuel Doldán, con un “nos vemos pronto fiscal”.
De acuerdo a la hoja de ruta, el avión de la Policía Federal hizo una escala en Foz de Yguazú y desde allí partió directamente a Río de Janeiro, donde el sospechoso será remitido a una prisión federal mientras dure su proceso.
Pese a que los organismos de seguridad confirman que el fugitivo Messer y Farina eran socios comerciales, este último negó la situación.
Bruno Farina es investigado en el Brasil por corrupción activa y pasiva, lavado de dinero, organización criminal y evasión de libertad.
La justicia brasileña requirió su captura y extradición para ser procesado por el caso “Lava Jato”, y de acuerdo con los agentes, se expone a una pena de 30 años de cárcel.
Supuestamente, Farina tomaba el dinero proveniente de las coimas pagadas a autoridades de Río de Janeiro y lo lavaba con inversiones en el sistema financiero del vecino país.