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El terreno es un triángulo de unos 400 metros cuadrados, que está ubicado dentro de un área verde de grandes proporciones donde se encuentran las instalaciones del desagüe pluvial de la línea internacional y está dentro de perímetro de 25 metros de la frontera con Brasil.
El brasileño Carlos Holosvasky, que asegura poseer el título de propiedad del Instituto Nacional de Desarrollo Rural y de la Tierra (Indert) de 1984, afirma haber comprado el terreno en el año 2012 por un valor de US$ 328.000. Agregó que actualmente quiere vender la propiedad en US$ 650.000.
No se descarta la existencia de otros títulos expedidos por el Indert en los años 80 sobre terrenos que están ubicados en plena línea internacional que habrían sido parte un gran negociado del ente, en aquella época.
Estos títulos estarían totalmente desactualizados, ya que existe la prohibición de edificar a una distancia de 25 metros de ambos lados de la línea fronteriza.
La única solución a este conflicto sería la anulación de los títulos expedidos por el Indert, de lo contrario, toda la línea internacional sería en breve poblada, especialmente por ciudadanos extranjeros, que buscan más bien ocupar los terrenos para luego comercializarlos a elevadas sumas de dinero.
Otro caso
Cabe señalar que en mayo de 2011, otro ciudadano brasileño, identificado como Francisco “Chico” Cunha, intentó alambrar el paso fronterizo disgustado porque en el lado paraguayo se habilitó un surtidor que competía con su surtidor situado en el lado brasileño. En aquella oportunidad el intendente municipal José Carlos Acevedo (PLRA) ordenó la demolición de una muralla y las plantas de eucaliptos que el brasileño había plantado.