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Al día siguiente de la explosión, el fiscal de Horqueta Joel Cazal y el entonces vocero de la FTC, teniente coronel Víctor Urdapilleta, dijeron en reunión de prensa que el agente especial Juan Jara, director de Narcoterrorismo de la Secretaría Nacional Antidrogas, se encontraba al mando de la camioneta Toyota Fortuner blanca de la entidad antidrogas.
Manifestó que a su lado estaba el capitán Piñánez y atrás el suboficial González.
Explicaron que el vehículo circulaba desde Yby Yaú hacia Concepción, patrullando la zona ante una información recibida acerca de una supuesta entrega de explosivos para la autodenominada Agrupación Campesina Armada.
Siempre según la primera versión oficial, en el kilómetro 87,5, aproximadamente a las 20:15, los uniformados divisaron a una persona sospechosa que se movilizaba en una motocicleta, por lo que Jara efectuó una maniobra para interceptar al motociclista, pero este arrojó un bulto en uno de los costados de la camioneta, huyó e inmediatamente después ya se produjo la mortal explosión.
Sin embargo, tras la declaración oficial del agente especial Jara ante el fiscal Cazal, la versión original finalmente incorporó en el relato al cuarto hombre que supuestamente estaba dentro del vehículo. Supuestamente realizaba trabajos de inteligencia.
El 28 de noviembre, el ministro de la Senad, Luis Rojas, declaró a la prensa que los uniformados no llevaban ninguna bomba, pero a la vez descartó un atentado, como aseguraron Cazal y Urdapilleta.
Rojas coincidió con la versión oficial solo hasta el momento en que se interceptó a la motocicleta. El elemento nuevo que agregó el jefe antidrogas fue que se trató de un encuentro fortuito, que el agente Jara bajó del vehículo y se dirigió hacia la moto como para verificar a su conductor, quien dejó caer una mochila y arrancó de nuevo su biciclo como para huir de la escena.
En ese ínterin, Jara intentó también reanudar la persecución aunque ya no pudo hacerlo por la explosión que lo dejó aturdido a él, y que mató a sus dos acompañantes.