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Ambos aparecen como directivos de la firma Schumar SA, empresa inmobiliaria que aportó capital al esquema de las casas de crédito de Galeano Perrone.
Arancedo aseguró que Schumar SA fue vendida a un ciudadano alemán y que fue él a quien Fernando Otazú Mussio convenció de comprar acciones de las empresas de crédito.
Explicó que Schumar SA adquirió acciones por valor de G. 100 millones y que éstas correspondían al 5% del total de Numérica SA. Cuando en los últimos meses se concretó la venta de la empresa de crédito, la firma inmobiliaria recibió G. 87 millones por sus acciones.
Aseguró que los nuevos propietarios de la inmobiliaria compraron las acciones de la empresa de Galeano Perrone en buena fe y que nunca supieron de los vínculos con políticos.
Arancedo reconoció que seguía figurando como vicepresidenta de Schumar SA, pero que eso se debía a que el nuevo propietario de la firma le pidió que así lo hiciera, debido a que al ser extranjero recién llegado no tenía aún los vínculos suficientes en Paraguay para que la empresa operara sin problemas.
Sostuvo que nunca estuvo enterada de la compra de acciones de las casas de crédito por parte del nuevo propietario de la que fuera su empresa inmobiliaria y que reclamó la situación tras las publicaciones de nuestro diario. Finalizó diciendo que solicitará su desvinculación de la firma pues ya no forma parte de ella.