Arbo acusa de negligente al sistema de salud por el dengue

En noviembre ya se advirtió de la epidemia de dengue y el sistema de salud pública no le prestó importancia. Se ocultan y se falsean los datos. Antonio Arbo, exministro de Salud, critica con dureza en esta entrevista a la actual administración sanitaria y la acusa de negligente en el tratamiento de la enfermedad que este año ha invadido en forma alarmante a los hogares y ya arroja muertos, especialmente en Asunción y alrededores.

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–Usted dice que hay simulación, ocultamiento de los casos de dengue. ¿En qué se basa? 

–La epidemia es de envergadura en Asunción y varias ciudades pero pasa desapercibida para el sistema de salud pública. No se dice la verdad. Se falsean los datos. En la Dirección de Vigilancia Sanitaria del Ministerio de Salud hay un boletín semanal epidemiológico que informa que en lo que va del 2018, en el área de Asunción, se reportan solo 458 casos de dengue confirmados, y solamente 43 probables. En todo el país reportan 895 casos. Esas cifras no son exactas. En la comunidad, en cada familia, sabemos que cada cual tiene un miembro o un conocido que ha padecido o convalece de dengue. En el Instituto de Medicina Tropical y solo en el mes de diciembre hubo 148 casos positivos de dengue. En el mes de enero 850 casos dieron positivo. Evidentemente hay un subregistro, o la información no se procesa adecuadamente. En noviembre ya anticipábamos que se estaba iniciando un brote epidémico porque más del 10% de los que consultaban en Medicina Tropical ya estaban dando positivo por dengue. Hemos advertido a las autoridades. Los casos se acentuaron en enero y febrero. Lo más grave es que al ignorar el sistema de salud la epidemia, la gente no le presta importancia y se desobliga de tomar medidas de precaución adicionales.

–Salud dice que en estos cuatro años se redujo en 98%.

–Mire. El dengue es cíclico. Puede aparecer con todo un año y reducirse al mínimo otro año. El dengue apareció en 1989. Estuvo silencioso 10 años y regresó con todo en el 2000. Se silenció de nuevo hasta 2005, cuando empezaron a aumentar los casos. En 2007 hubo un brote muy importante del serotipo 3, cuando se observan las primeras muertes en Asunción. A partir del 2007, los ciclos se acortaron a menos de tres años. El número de casos fue aumentando. En 2013 hubo 160.000 casos aproximadamente y en el 2016 igual número. En 2017 baja y en el 2018 vuelve a aumentar.

–En forma alarmante otra vez.

–La autoridad sanitaria debe entender que el país es endémico del dengue y que va a tener brotes cada tres años y que las campañas de comunicación no deben bajar. La participación tanto de los gobiernos municipales como del gobierno central debe ser permanente y la ciudadanía debe estar involucrada. Conviviremos también con el zika, chikunguña. Estamos ante una enfermedad social que impacta profundamente.

–La gente se resigna. Ya no se va al hospital. Toma paracetamol y ya está. ¿Más, qué se puede hacer? 

–El tratamiento es la buena hidratación. Si el paciente no tolera por vía oral debe recibir por vía intravenosa. Es importante la consulta médica para certificar si su estado de salud le permite ir a su casa. En segundo lugar, también recibirá la información de los síntomas: dolor abdominal, vómitos repetidos, mareos al ponerse de pie, alteración de carácter, irritable o muy dormido, sangrado. Tenemos que salvar vidas, que no mueran las personas. Hay que identificar al que padece dengue.

– ¿Cuándo hay peligro de muerte para el que contrae dengue? 

–En general, el dengue tiene tres fases. La primera es la fase de dolores que dura habitualmente entre dos a tres días. Al tercer día incluso puede disminuir la fiebre y ahí se abre una ventana donde el paciente va a la mejoría o va al empeoramiento. Ese empeoramiento se suele producir entre el tercer y quinto día. Hay pacientes que empeoran al séptimo día y otros que empeoran en el primer día.

Hay condiciones que hacen que el dengue sea más grave, por ejemplo, la edad menor de uno año o que tenga más de 65 o aquellos que consumen medicamentos que bajan las defensas. También los obesos y las embarazadas tienen mayor riesgo así como los que reciben anticoagulantes.

–¿Y los que ya tuvieron antes?

–Aquellos que han padecido un episodio de dengue tienen mayor riesgo porque el dengue se presenta en cuatro serotipos que se denominan uno, dos, tres y cuatro. Cada serotipo deja inmunidad para el propio serotipo pero no contra otro. Incluso cuando pasa el tiempo, el hecho de haber tenido una infección con un serotipo puede dar lugar a una mayor celeridad en el caso que tuviera una infección con diferente serotipo. No es un término absoluto. Hay serotipos que son más severos que otros, por ejemplo el serotipo 2 que circuló a partir del 2011 aproximadamente. Produjo aproximadamente 250 muertes entre 2012 y 2013.

–¿Y el actual? 

–El serotipo 1 es el más leve. El número de hospitalizaciones fue insignificante. No debe tratarse a la fiebre per se (por sí misma). La que no produce malestar, alteración, no requiere ser tratada. No hay que abusar de los medicamentos porque pueden afectar órganos. Los efectos pueden ser peores. Pretender que el paciente esté todo el tiempo sin fiebre, es imposible. Si la fiebre es importante, o si se trata de niños con tendencia a convulsionar se puede usar dipirona (analgésico y antipirético).

–¿Y los yuyos?

–En cada epidemia aparecen informaciones de plantas medicinales que pudieran tener algún impacto.

–El mamón...

–Exactamente. El jugo de la hoja de mamón, o papaya como se la conoce también, pudiera tener algún beneficio con respecto a la cifra de plaquetas pero también se ha observado que puede ser perjudicial, por ejemplo en los pacientes que toman anticoagulantes. Entonces, la gente tiene que estar muy prevenida de no utilizar productos herbarios exclusivamente. Entonces, lo que está establecido en el dengue es que nada sustituye a la hidratación en el tratamiento.

–¿Qué pasa con la mujer que amamanta y tiene dengue? 

–No hay una contraindicación para que la madre que tenga dengue no pueda seguir amamantando. No se transmite por la leche materna.

–¿Y los pequeños, los bebés?

–En nuestro país, la epidemia se ha observado principalmente en edades superiores a cinco años. Casi el 70% de los casos se presenta en edades superiores a los 10 y menores de 40 años. Menos del 2% de los casos se da en menores de un año. Es poco frecuente pero los casos son graves.

–Del 89 a hoy son casi 30 años de dengue. ¿No se puede erradicar? 

–La expedición de una vacuna va a ser muy importante para el combate pero no va a ser todo. Hay una vacuna que está licenciada en varios países, que ha demostrado ser altamente efectiva en aquellos que ya padecieron un episodio de dengue. La posición actual de la sociedad científica, la Sociedad Paraguaya de Pediatría, la Asociación Latinoamericana de Pediatría, la Sociedad Latinoamericana de Infectología es que la vacuna pueda administrarse en personas que ya tuvieron dengue, no en aquellos que no han padecido. En abril se reúne el organismo técnico asesor de vacuna de la Organización Mundial de la Salud. Ahí tendremos más información. Hay otra vacuna que está próxima a licenciarse cuyo resultado estamos esperando.

–Hace poco usted tuvo diferencias públicas con Salud. Dijo que el problema es con la ciencia, no con usted. ¿A qué se refería? 

–Fue con relación a la vacuna contra la varicela actualmente utilizada en el país. Es una vacuna que ya no debe ponerse porque no sirve. Hay cuestiones sobre las que no se puede engañar. No se puede ocultar la verdad. Eso es lo que vengo diciendo.

–Usted es muy crítico con los administradores de la salud de este Gobierno. ¿Cuál es su evaluación? 

–Los cambios en salud son graduales, pero no deben detenerse. En el período anterior de Gobierno se instalaron 750 unidades de salud familiar y en el actual período, que ya lleva prácticamente cuatro años y medio, se instalaron solo 50 unidades.... Nuestro sistema de salud no alcanza ni a dos millones de paraguayos. Nosotros dejamos a este Gobierno una herramienta que es el Fondo Nacional de Recursos Solidarios en salud. El decreto reglamentario se promulgó en el 2013, cuando estábamos saliendo (en el Gobierno de Federico Franco). Fue un esfuerzo importante de un grupo de colegas de prestigio, tanto de la academia, la Universidad, de las sociedades médicas. Se consensuó esa herramienta que permite al Gobierno hacerse cargo de medicamentos, insumos y procedimientos para enfermedades catastróficas.

–No se implementó...

–No, lamentablemente, y no hay castigo para una negligencia así. Lo mismo ocurre con la ley de garantía de los fondos para el cáncer. Es una ley que tenía que haberse reglamentado ya en la primera parte de este gobierno. No se hizo. Hay que erradicar el faccionalismo de este país. Si hay algo que no soporta la salud pública es la discriminación. Para mí hubo negligencia grave.

–El candidato que prometa erradicar el dengue, ¿puede o miente? 

–Miente. En todo caso se puede reducir, hacer que los brotes sean menos importantes mejorando los determinantes sociales, los sistemas de detección de casos. Para eso sirven las unidades de salud familiar ignoradas por este Gobierno.

–¿Paraguay sigue entre los más atrasados en materia de salud? 

–Imagínese, en 2017, en Uruguay hubo 100 muertes de niños. Es 7 por cada 1.000 habitantes. Nosotros estamos entre 17 y 18 por 1.000.

–Más del doble que Uruguay.

–Paraguay está entre los cinco que tiene mayor mortalidad infantil, mayor mortalidad materna por partos. Tenemos una alta tasa de embarazos en adolescentes. Hay mucho trabajo por hacer. Son aspectos extraordinariamente importantes que reclaman de autoridades responsables y comprometidas con la salud pública.

holazar@abc.com.py

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