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MARISCAL ESTIGARRIBIA, Chaco (Marvin Duerksen, corresponsal). “El propio presidente Cartes compra estancias por todos lados, por todas partes la gente me dice, mire esto es de Cartes, y de otros también, y así los precios suben a las nubes y entonces la gente pobre ya no tiene posibilidad de adquirir un pedazo de tierra”, indicó el obispo.
Comentó que los pobladores de pequeñas colonias que el VAP organizó, como Virgen del Rosario, Falcón y otros, soportan mucha presión para vender otra vez sus lotes que adquirieron y así van desapareciendo estos núcleos, donde ellos deberían progresar, ayudarse y solidarizarse, porque con algunos pocos pobladores en el lugar no se justifica una escuela, puesto de salud, caminos, teléfono. La gente humilde empobrece.
Indicó que entre los aborígenes corre la versión de que Cartes dijo que a los indígenas hay que darles cualquier cosa menos tierra. Afirman que si no señaló eso hace todo para que sea así, porque hay trámites terminados para titulación de tierras, pero no se desembolsa.
Alfert sostuvo que programas como Tekoporã (G. 450.000 para cada familia indígena cada 2 meses) es como pagar un “sueldito, para mantenerles en la indigencia, para mí no son programas que realmente llevan a un progreso. No mejora la situación, son dependientes totalmente”. Lamentó la ausencia de una política indígena, para que puedan vivir de su propio trabajo y últimamente aparecen contratistas de grandes estancias, sacando madera de tierras indígenas. “Campo Loa, por ejemplo, da pena, los lindos árboles se llevan en camiones de triple eje a ciertas estancias. Se hace descaradamente en tiempos de sequía, cuando la gente no tiene qué comer, se ofrece muy poca paga, entonces es una explotación y deforestación de tierras indígenas”, denunció.