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Muestras de pesar y discursos improvisados por parte de algunos simpatizantes oviedistas procurando levantar los ánimos fueron la constante durante el día de ayer en el puesto de comando central de Unace, ubicado sobre la avenida Mariscal López, frente al campus de la UNA. Desde distintos puntos del país arribaban personas con la intención de darle el adiós al dirigente, quien falleció trágicamente en un accidente aéreo el sábado de noche.
En el lugar se encontraban también ayer unos 50 jóvenes motociclistas, reconocibles por sus llamativos chalecos flúo con la leyenda “Lino Oviedo, presidente 2013”. Los mismos se autoconvocaron para recibir instrucciones, según comentó uno de ellos.
Cerca del mediodía, la llegada al local partidario de Juan Carlos Coronel, chofer del líder de Unace durante los últimos 24 años, motivó que muchos de los presentes se confundieran en abrazos con él y también estallaran en llanto.
Coronel relató minuciosamente cómo se salvó de morir en el accidente, por el hecho de que no había lugar en el helicóptero debido a que Oviedo decidió llevar 13 pelotas de fútbol y 30 camisetas para los niños. Reiteró que le había sugerido al ahora fallecido candidato presidencial que se trasladase por vía terrestre, lo cual no fue aceptado por él ya que deseaba llegar cuanto antes a la capital.
En el local se podía observar más de 100 coronas de flores, remitidas por empresas, instituciones y particulares, que estaban colocadas en un salón cerrado con acondicionador de aire para evitar que se deterioren rápidamente con la alta temperatura.
Además se veían cinco “coronas eléctricas”, cuatro de ellas de la Fundación del Hospital de Clínicas, colocadas sobre un escenario a un costado del salón multiuso que posee el local de Unace.