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CORONEL OVIEDO (Víctor Daniel Barrera, corresponsal). Tal como se anunció, la asamblea liberal se convirtió en su inicio “en un campo de batalla”, en que simpatizantes y asambleístas tanto llanistas como efrainistas se enfrentaron a golpes y sillazos.
La pelea, ya típica en las reuniones partidarias, duró varios minutos. El descontrol hizo creer que la reunión se iba a suspender. Pero luego se calmaron los ánimos y siguió la convención.
Sin embargo, no terminaron los insultos y las agresiones con botellas de agua, hasta que se definió la asamblea con el triunfo de la postura efrainista.
Una fuerte dotación de seguridad privada, que fue calificada por un llanista de “guardia pretoriana”, rodeaba la mesa de la reunión para evitar que las sillas impacten contra los líderes. Uno de los instantes más tensos fue cuando el senador Blas Llano y Blas Lanzoni entraron a la fuerza al recinto de la reunión.